“Ese año llegamos a vender 15 equipos por mes, hoy con suerte vendemos 4 ó 5”, describe. Como dato, un ascensor en promedio ronda los $ 350.000.
Hace unos años atrás la facturación de Bogamac se dividía en partes iguales: un 50% correspondía a la fabricación de ascensores y la otra mitad al mantenimiento. Hoy por hoy, crisis mediante, la fabricación sólo se lleva el 25% de la facturación, el 75% restante el mantenimiento.
Ante semejante escenario quisimos saber cómo se reinventa el negocio. “Estamos apostando a ciertas tecnologías que la competencia no maneja. Apuntamos a obras de gran envergadura y de alta gama, les poniendo equipos con mayor tecnología fabricada por nosotros o bien importada. Esa es la diferencia que podemos hacer en este momento”, dice Carreño.
El principal mercado de Bogamac está en Córdoba y el interior provincial, aunque también instalan equipos en La Rioja, Chaco, Catamarca, San Luis y Santiago del Estero.
- ¿Pueden pensar en mirar a otros países?
- Hay una complicación propia de la logística, pero el tipo de cambio no nos hace competitivos. Si cambiaran las condiciones podríamos pensar en proveer de ascensores a Chile, Perú, Bolivia, Paraguay y Uruguay.
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