Particularmente en el índice que evalúa el año 2019, la organización asegura que los países más corruptos son aquellos en los que grandes sumas de dinero pueden circular libremente en campañas electorales. La escala que utilizan va del 0 al 100, siendo 0 altamente corrupto y 100 “muy limpio”.
Argentina se encuentra en la posición 66 del CPI 2019 con 45 puntos sobre 100, mejorando respecto a los últimos años (2018: 40, 2017: 39, 2016: 36 y 2015: 32), detrás de Uruguay (21 con 77/100) y Chile (26 con 67/100). Venezuela es el peor de la región, con 16/100 en la posición 173.
Dos tercios de los países obtuvieron menos de 50/100, siendo el promedio 43/100. Las calificaciones promedio más altas fueron en el este de Europa y la Unión Europea, mientras que África fue la que peores indicadores arrojó. Nueva Zelanda y Dinamarca encabezaron la lista de países limpios, con todos los países nórdicos en el top 7.
El estudio arroja un dato más que interesante: el dinero que es robado de los países que son percibidos como corruptos termina en territorios catalogados como transparentes, por lo que diferentes entidades hacen un llamado a países "limpios" a tomar mayor responsabilidad por la corrupción que tiene base fuera de sus bordes geográficos.
Empresas de países con sectores públicos transparentes (islandesas, canadienses y danesas, entre otras) migran sus sobornos a países corruptos. Uno de los ejemplos más claros es el de la sueca Ericsson, que fue multada en US$ 1.200 millones (sí, ese es el monto) por coimas en Asia y Medio Oriente. Suecia está en la posición 4 del CPI y en Argentina fue mal representada por otra compañía que todos recordamos: Skanska.
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