Como muchas cosas que funcionan de verdad, esta idea nació del amor. Dolfi es una perra viejita y con problemas de artrosis, así que (como es de imaginar) el frío le hace mucho mal; Moro, por su lado, se asusta muchíiiisimo con los fuegos artificiales y con los truenos, así que en cada fecha festiva o tormenta fuerte, la casa era un caos.
“Necesitábamos una cucha que aislara térmicamente de verdad y aliviara a Dolfi de los dolores, y otra que fuera aislante de sonidos y lo único que encontramos que más o menos funcionaba era la madera”, dicen a coro Gabriela y Ángeles, creadoras de EcoCuchas.
“Pero el problema con la madera es que con el paso del tiempo se degrada mucho y rápido, aún con los cuidados debidos; fue entonces que comenzamos a investigar hasta llegar a nuestro material, el tetrapack, que supera ampliamente todo lo que se conoce en el mercado”.
Las chicas quedaron tan contentas con el material y el resultado que observaron en la práctica que se entusiasmaron y empezaron a pensar en cómo lograr cuchas con alto nivel de eficiencia. La idea fue creciendo y tomando forma hasta convertirse en una marca.
Las cuchas están confeccionadas con tetrapack reciclado que compran a distintas empresas en forma de placas y, además de la venta, ofrecen un servicio de postventa de repuestos donde el cliente puede comprar por separado la parte que se averió (por ejemplo por un accidente) y de ese modo no sólo el gasto es menor sino que también se genera menos basura.
“Nuestras cuchas son aislantes térmicas y acústicas, inoxidables e impermeables y, además, son desarmables y lavables. Están hechas con estructura de hierro pintado y bulones así que resisten golpes, granizo y no necesitan mantenimiento como las de madera”, aseguran con orgullo las emprendedoras.
Su sistema de venta es online a través de https://ecoCuchas.com.ar y de sus redes que llevan el mismo nombre.
“Nuestro más importante agente multiplicador es el cliente, por eso a todos les pedimos que cuenten su experiencia para que se sepa que EcoCuchas es distinto”, explican con énfasis.
“Cuando hacemos la entrega nos dicen que son hermosas, que tienen una calidad y una calidez que nunca antes habían visto y se sienten parte de algo más grande: un cambio de mentalidad que consiste en valorar lo reciclado y colaborar con el cuidado del ambiente”.
El emprendimiento tiene apenas un mes y medio pero al ritmo que va, sus creadoras estiman que muy pronto podrán vivir exclusivamente de las EcoCuchas. “Además de la cucha en sí misma para nosotras todo esto tiene un significado mayor: eliminar basura para que no vaya al mar, ya que se sabe que todo lo que se tira sin cuidado es ahí donde termina”, reflexionan. Al mismo tiempo es indispensable frenar la tala de árboles para no seguir sufriendo las consecuencias del cambio climático y cada EcoCucha que entregamos es un árbol menos que muere, así que hoy todo aquel que no haya podido plantar un árbol al menos tiene la oportunidad de salvar uno”.
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