Muchos pueden pensar que el periodismo de negocios suele ser “menos emotivo” que el general, más tosco y de números. Pero pocos reflexionan que detrás de cada cifra, cada industria y cada empresa hay personas con una historia que contar.
La historia de hoy es la de Gustavo Vivas y Belén Cantonati, una pareja que las vivió todas, pero cual ave fénix resurgieron de las cenizas mediante el amor y la fuerza para dar vida a El Soldado, una empresa de logística, pero no una más del montón.
Ubiquémonos en el tiempo: 2019, Gustavo acababa de perder su empleo y el sueño de ser padres con Belén se veía difícil y lejano, hasta que ese mismo día del despido ocurrió el milagro: la vida les daba otra oportunidad con la dulce espera de su primer hijo.
“Belén sale de su trabajo, me acuesto a dormir, a la tarde me despierto y me dice que estaba embarazada. Así que imagínate la cabeza mía, me preguntaba ¿qué voy a hacer?, ¿qué va a pasar?, ¿el alquiler?, y a todo esto, un embarazo”, cuenta Gustavo Vivas, al mando de El Soldado y con 20 años en el mundo de la logística.
Claro, la llegada de un ser más al hogar trae más dudas que certezas, más en un contexto de desempleo e incertidumbre. Desde las cenizas de sus 20 años en diferentes empresas de logística, Gustavo comenzó la gesta de El Soldado poniéndose al volante, haciendo envíos a diferentes puntos del país, viviendo de primera mano la otra cara de la logística.
Fue así que, de la mano de Belén -que embarazada dejó su oficio de abogada para sumarse como protagonista en esta aventura- y los contactos cosechados en su paso por diferentes empresas del rubro comenzó a formarse lo que hoy es El Soldado, un grupo de logística “boutique”, que desde su creación ya cuenta con más de 150 clientes y más de 30 envíos por día en sus tres ramas: Logística Integral El Soldado, El Soldado Forwarding y El Soldado Overseas. ¿La clave? El trato personal con cada cliente, una actitud que forma parte del ADN de esta empresa que sabe más que nada que detrás de cada escritorio, cada volante, cada factura, hay una persona.
Un nombre que lejos de venir del liceo, viene de la personalidad tanto de Gustavo como de Belén, soldados de la vida, siempre firmes y dispuestos a ayudar a quien le haga falta y que con ese espíritu -validado tanto por amigos como por familiares- han sabido construir una empresa con una visión y valores donde el talento siempre está en el centro.
“Porque el soldado también es respeto, formación, servicio, es rigidez, puntualidad, es valores”, asegura Gustavo y agrega: “Nuestro lema es ‘Proteger el negocio de nuestros clientes”.
Planes a futuro
En el corto plazo, inaugurarán sus oficinas en Salta y ya tienen en la hoja de ruta poner pie en Rosario y Buenos Aires, mientras que para Córdoba planean abrir un depósito propio para aumentar la capacidad de almacenamiento en un punto estratégico como lo es La Docta.
“Yo creo que nuestro objetivo es crecer y saber mantener un equilibrio entre familia, vida y trabajo. No nos interesa ser millonarios, para nada. Nuestro objetivo es ser felices con nuestras familias y tener lo nuestro, ser reconocidos como una empresa de transporte diferente”, sentencia Gustavo.
Porque detrás de cada negocio hay gente con sentimientos, con sueños, con el objetivo de progresar y El Soldado, firme al pie del cañón, nació con esos valores. No son una empresa más, son una familia, que cada vez se agranda más.
Tu opinión enriquece este artículo: