(IB) Hay derecho a la ilusión. Pero hay deer de escepticismo ganado luego de haber ido muchas veces en 30 años a presenciar sucesivos lanzamientos (y relanzamientos y re-relanzamientos) en la ex Fábrica Militar de Aviones, ex Área Material Córdoba, ex Lockheed Martin Argentina, hoy Fábrica Argentina de Aviones.
En la ceremonia austera de ayer (casi en blanco y negro), Ércole Felippa (presidente de FAdeA) y el ministro de Defensa, Oscar Aguad, ejercieron el derecho al optimismo casi con forzada obligación. Sus discursos fueron más loas al pasado lejano, críticas furibundas al pasado cercano y algunos bocetos de un plan que habla de abrirse a oportunidades junto al capital privado, todo sin poner en riesgo ni duda el valioso” capital público que dicen custodiar.
Felippa habló de eficiencia, transparencia y sustentabilidad. Y coincidió Aguad luego también en la necesidad de dotar a la estructura de competitividad.
Cosas se están haciendo: se redujeron gastos y deudas que tenía a FAdeA en patrimonio neto negativo, se puso a volar el Pampa III, se montó un IA 100 todavía pre-prototipo, se profundizó la alianza con Embraer para producir piezas y se firmó con Airbus para mantener algunos aviones. Se vendieron algunos Puelche a Colombia y hay chances de colocar también Pampa en otros países. Pero el gran cliente de FAdeA y -quizás su propio limitante- es la dependencia de los contratos de la Fuerza Aérea.
En la celebración de los 90 años, nos parece, hubo demasiado pasado. El propio Felippa reconoció que “nos espera un camino sinuoso y cuesta arriba”. Dijo sí (y qué otra cosa podía decir) que era el rumbo correcto.
Volver a pisar los enormes hangares de FAdeA trae reminiscencias de tango, de orgullos (y no vergüenzas) de haber sido… y de dolores de ya no ser.
Historia de realizaciones
Fundada en 1927, la entonces Fábrica Militar de Aviones inició su historia desarrolló aeronaves bajo licencias europeas. En 1931, diseñó y construyó el primer avión nacional, el Ae C1, cuyo éxito desencadenó una familia de productos aeronáuticos argentinos.
En 1944, tras la asunción del Mayor Ingeniero Juan Ignacio San Martín como Director, la empresa produjo un salto que la llevó a ocupar a más de 9.000 personas en el complejo industrial I.A.M.E. (Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado).
En 1952 construía aviones, motores, hélices y accesorios, además de vehículos utilitarios, automóviles, tractores y motocicletas. El avión DL 22, de diseño nacional, fue el impulsor de un importante crecimiento. La fabricación de 2 series de 100 aviones cada una, motorizó la creación de más de 300 Pyme locales. El Pulqui I y II (1947 y 1950, respectivamente), el Pucará (fines de los '60) y los IA63 Pampa (1984), fueron los principales hitos de la fábrica que, en la década de los años 1990, pasó a manos de Lockheed Martin Aircraft, para reestatizarse en 2009 y adquirir, a partir de allí, su actual denominación; Fábrica Argentina de Aviones Brigadier San Martín (FAdeA). Sus instalaciones ocupan 250 mil m2 cubiertos en un predio de 200 hectáreas. Cuenta con capacidad instalada para el ensamble, pintado y mantenimiento de aeronaves.
Mirá los 90 años de FAdea acá.
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