Los desechos urbanos constituyen más del 50% del total de los residuos y son los de mayor generación en las ciudades, los que menos se reciclan y los que son claves en un sistema de economía circular. Lamentablemente se entierran casi en su totalidad en la mayoría de ciudades del mundo. Eso genera contaminación y enormes cantidades de gases de efecto invernadero, producto de su descomposición. Además se pierden recursos como agua, nutrientes y energía química.
Si los desechos orgánicos fueran un país, ocuparían el tercer lugar a nivel mundial como los más contaminantes en cuanto a gases de efecto invernadero, detrás de USA y China. Solo en Latinoamérica, se generan por día más de 300.000 toneladas de desechos orgánicos que se entierran en vertederos en su gran mayoría.
Pensando en ese “dolor”, nace LoopFarms, una start up que se enfoca en la innovación y la investigación en soluciones circulares, bioeconomía y energía renovable en ámbitos urbanos, para la producción de superalimentos y biofertilizantes orgánicos. Para lograrlo trabajan con alta tecnología (de bajo costo), como sensores y automatización, con el objetivo de maximizar la productividad por m2 y la eficiencia energética.
“Desde LoopFarms buscamos transformar este problema en una oportunidad bajo el concepto de una Biorefinería urbana y la incorporación de microplantas de Biogás en el ámbito de las ciudades”, explica Mauro Barberis, especialista en biogás, CEO y fundador de Loopfarms.
Para ello usan los desechos orgánicos alimenticios y los transforman combinando procesos biológicos, como la biodigestión anaerobia, y la fotosíntesis de biomasa. Con eso, crean nuevos recursos y productos de alto valor agregado, como superalimentos (los “microgreens” son uno de ellos), biofertilizantes orgánicos y energía renovable, incorporando estas fracciones de desechos alimenticios a la economía circular.
“Loopfarms, aporta nuevos productos empoderando las economías regionales y locales, incentivando la generación de energía renovable distribuida y descentralizada a través de nuestras micro-plantas de Biogás”, destaca Barberis. También genera puestos de trabajo locales incorporando actores de la economía circular en estos circuitos socioproductivos.
No es un alimento…. ¡es un superalimento! (de la economía circular)
LoopFarms produce y comercializa “microgreens”. Son microbrotes de hortalizas convencionales, como remolacha, rúcula y brócoli, entre otros, que se consumen a solo 10-15 días desde su germinación. La ventaja de consumirlos, es que acumulan 40 veces más poder nutricional y sabor que consumir la hortaliza en su estadío “adulto”. Es por ello que se los considera un superalimento, por alta densidad nutricional.
“La pregunta es para qué esperar tres meses que es lo que dura el ciclo para poder cosechar la remolacha, si en solo 15 días podemos obtener un alimento más nutritivo”, dispara Barberis.
Este tipo de alimento consume menos agua para su producción en el caso de la hidroponía, menos energía y se produce más cerca incentivando el kilómetro cero, con una menor huella hídrica y de carbono.
El concepto de superalimento, como los microgreens, los hongos, o hasta microalgas comestibles (spirulina) entre otros, tienen alta densidad nutricional y contenido de micronutrientes por gramo de alimento; es decir que en una porción de igual tamaño, existen mayores cantidades y de mejor calidad de nutrientes y vitaminas antioxidantes que un alimento convencional.
Si bien no nos especializamos en desarrollo de hidroponía, esta tecnología permite ahorros de hasta el 90% del consumo de la horticultura tradicional. Además es posible producir sin tierra, producir en vertical optimizando metros cuadrados, producir indoor, sin depender del clima. “No reemplazará la agricultura tradicional, pero sin dudas será una gran aliada para la sustentabilidad alimenticia”, aclara Barberis.
Parte de una ciudad inteligente
LoopFarms fue seleccionada como startup para ingresar al portfolio invertido del fondo CCI (Municipalidad-BID LAb). “En la actualidad con nuestros desarrollos estamos demostrando, en una pequeña escala, que es posible recuperar los desechos orgánicos y transformarlos en energía renovable y nuevos productos”, agrega Barberis.
Actualmente están desarrollando su segunda unidad comercial dentro de Mercado Las Rosas, para aportar a que los polos gastronómicos puedan ser más sustentables en el manejo de desechos de tipo orgánico.
Tu opinión enriquece este artículo: