Hace algunos días, desde InfoNegocios lanzamos una petición para que el Tati Bugliotti vuelva a abrir el Orfeo. (Todavía estás a tiempo de firmar). Y esa acción nos hizo pensar que para salir de la encerrona entre la voluntad popular y lo que un privado disponga, quizás debería tener respaldo “legal”.
Diana Durán, responsable de Change.org en Argentina, nos explica que el primer paso para lograr que una petición tenga impacto es aumentar su visibilidad y conseguir más apoyo a través de firmas. “Esto se logra mediante la difusión en medios de comunicación locales, redes sociales e incluso la participación de influencers”, dice.
“Una vez que la petición gana tracción, es crucial identificar a las autoridades pertinentes que pueden hacer que el pedido se haga realidad. Esto implica actualizar la petición con la información relevante y gestionar reuniones con los tomadores de decisiones para presentarles las firmas recopiladas y solicitar su apoyo”, sigue analizando.
Según Durán, las peticiones con tan solo 2.000 firmas pueden tener impacto, “ya que las autoridades locales suelen responder a la presión de la opinión pública. Sin embargo, algunas peticiones logran reunir hasta 50.000 firmas o más, lo que demuestra el alcance y la influencia de la plataforma. Y ahí, es donde en algunas ciudades del mundo, los legisladores ponen manos a la obra: “En países como el Reino Unido, una petición con un millón de firmas está garantizada para ser revisada y discutida por los legisladores”, señala Durán.
Este enfoque democratizador de la participación ciudadana en la formulación de políticas podría ser una herramienta valiosa para los concejales de Córdoba.
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Nah nah que lo demuelan o que lo compre una universidad para algo serio no para que estafen gente con espectáculos cuarteteros de quinta categoría