¿Qué es qué? Veamos.
- Design Thinking: “Es un abordaje integral y participativo centrado en la innovación que se utiliza en métodos de diseño y está centrado en la persona”, explica Gonzalo Auza a este medio. ¿Cómo se puede aplicar? En empresas, para definir estrategias, diseñar servicios, productos o para convertir un problema en un producto o servicio. En el sector público posibilita el diseño de políticas públicas, por ejemplo.
Según Auza, el punto central en el Design Thinking es que se articula al mismo tiempo: algo que es bueno para las personas, viable en términos de negocios y técnicamente factible.
Ventajas: es un método de toma de decisión orientado a resultados, es efectivo, y optimiza el uso del tiempo.
- Design Management: “Es la forma en la que podría introducirse el diseño en las organizaciones”, define el director de Inter-Cultura. Apunta a transformar una organización en todos sus planos desde el diseño y varía según cada caso.
Va de la mano del Design Thinking. Por ejemplo, una empresa puede aplicar este abordaje para el diseño de un producto y luego querer llevarlo a toda la organización, y estaría incorporando el Design Management.
- Experiencia de Cliente (CX): “El efecto o el resultado de diseño de servicios”.
- Experiencia de Usuario (UX): “El efecto o el resultado del diseño de productos digitales”.
“Mejorar la experiencia del cliente lleva a las empresas a transformar un servicio, un punto de contacto digital, un proceso, una comunicación”, concluye Auza.
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