De cara a una “nueva normalidad” y a reaprender a vincularnos y a movilizarnos en espacios personales y laborales, hay que repensar varios aspectos. El caso de la construcción no se queda atrás y ya se manifiesta en este sentido.
Juan Pablo Rudoni, presidente de Ecosan S.A., sostiene que “hay proyectos que demandan una ejecución de tiempo muy corta” y agrega que “de cara a la pandemia, tenemos un stock importante de partes o módulos preconstruidos”.
Ecosan ya lleva construidos 11 hospitales modulares en todo el país (7 en GBA, 1 en Mar del Plata, 1 en Chaco, 1 en Córdoba y 1 en Santa Fe). Del total, 10 están hechos de 1.100 m2 y uno de 690 m2.
¿El dato? Se construyeron simultáneamente en todas las locaciones. “Estuvimos con casi 800 personas en obra, a la vez” sostiene Rudoni. El proceso de montaje llevó unos 30 días, incluyendo todas las instalaciones; comparado con otros hospitales que llevan años para construirse.
“Esto puso a la construcción modular en una vidriera que no había tenido”, comenta Rudoni y señala que algunos de los beneficios que posee este tipo de armado y montado de espacios son: rapidez y no tener costos extras a los calculados previamente.
¿El precio? El m2 de cada hospital modular costó unos US$ 1.970.
¿Un banco del futuro?
En la construcción modular se utilizan distintas técnicas: paralelizado (como los hospitales) o steel framing (estructuras de acero).
HSBC tomó la decisión de armar el primer banco modular de Argentina de la mano de Ecosan: se preconstruye gran parte y luego se hace el montaje. Tendrá 300 m2 y un solo piso.
Además, Ecosan se encuentra “mirando hacia afuera”: ya cotiza trabajos y proyectos a países como Honduras y Perú.
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