Un 7 de mayo de 1813, la Asamblea General Constituyente sancionaba una ley para promover la explotación de minerales en el país; desde entonces, en esa fecha se conmemora el “Día de la Industria Minera”. Más allá de la efeméride -y sin negar los avances en este campo-, hay dos aspectos que no han cambiado en estos más de 200 años: 1. Argentina sigue teniendo un potencial enorme en esta actividad. 2. Ese potencial sigue sin arrojar resultados económicos contundentes.
Con el fin de discutir este tipo de cuestiones, la Cámara Argentina de Industriales Mineros (CAEM) realizó una conferencia virtual; a dicho evento asistieron más de 400 personas. El debate fue moderado por el periodista Sergio Berensztein, pero sus verdaderos protagonistas fueron: el presidente de CAEM Alberto Carlocchia, en representación de los privados; el secretario de Minería de Nación, Alberto Hensel, como cara del sector público; y Héctor Laplace, secretario general del gremio AOMA, quien ocupó el lugar de los sindicales.
Actualidad y pandemia
“Veíamos una verdadera intención por parte del Estado en acompañar al sector; veníamos atravesando un proceso lento, pero francamente en movimiento. Sin embargo la pandemia derrumbó absolutamente todo esto”. Así definió Laplace la situación del sector durante el primer trimestre del 2020.
A las palabras del gremialista, Carlocchia agregó la importancia de la declaración de la minería como servicio esencial: “No estamos trabajando al 100% de nuestra capacidad ni vamos a volver a la normalidad pronto; pero al menos esto nos permite avanzar”.
Por otro lado, el empresario se refirió a los esfuerzos que desde el sector realizan para acompañar a las distintas comunidades en las que las mineras se encuentran insertas: “Hemos destinado $ 360 millones a contribuir al sector de salubridad durante esta pandemia; con ese dinero donamos cerca del 30% de los tests que actualmente tiene el Estado Nacional”. El secretario Hensel reconoció este aporte y dijo: “La minería es un ejemplo que debe servir a otras industrias, por sus importantes aportes durante esta cuarentena”.
La gallina de los huevos de oro
Gran parte de la conversación giró en torno al futuro del sector en el largo y mediano plazo; en ese sentido, los voceros coincidieron en el enorme potencial que la minería tiene. Sin nombrarlo como tal, Hensel habló sobre el efecto “derrame” que este tipo de empresas suelen tener en distintas comunidades: “Puedo asegurar que el principal efecto multiplicador de la minería no está ni en las retenciones ni en las regalías que esto deja, sino en la compra a proveedores a nivel local. En la creación de fuertes cadenas de valor minero, en la cantidad de puestos de trabajo creados, y demás cuestiones. Esta industria tiene un enorme efecto multiplicador que no debemos perder de vista”.
A su vez, el representante del Ejecutivo nacional también remarcó el rol de la minería como agente exportador y aseguró que se trata de “la actividad que más rápidamente puede ayudarnos a conseguir divisas extranjeras, que el país tanto necesita”.
Carlocchia también mostró su entusiasmo y aseguró que la minería será un importante agente de la reconstrucción de las economías regionales en varias provincias. Sin embargo, el presidente de CAEM habló de sus dudas sobre el futuro de un panorama económico global incierto: “Hay que ver cómo quedarán los inversionistas”. Al mismo tiempo, “marcó la cancha” al señalar: “Tenemos que entender que la macroeconomía siempre tiene una incidencia en todas las industrias; el fantasma del default tiene una incidencia. Apostamos a que Argentina no va a tener que llegar a eso; un escenario así complicaría mucho la llegada de inversiones a largo plazo” y agregó: “En una economía colapsada como la que vamos a encontrar, no va a haber espacio para ningún tipo de especulación ni mezquindades. La discusión se va a tener que centrar en cómo desarrollar nuestras potencialidades productivas mineras en todos los rincones del país”.
Laplace dijo compartir estas preocupaciones: “Yo he transitado durante muchos años esta actividad, y a lo largo de esos años siempre nos hemos destacado por hacer las cosas mal. La seguridad jurídica es uno de los elementos fundamentales para recibir inversiones de US$ 6.000 millones, como las que requieren los proyectos mineros. Y los argentinos muchas veces no somos capaces de entender que las legislaciones están hechas para respetarlas”.
¿Una industria dañina para el medio ambiente o con “mala prensa”?
Poco se dijo sobre las implicancias ambientales de los proyectos mineros. Los presentes obviaron, por ejemplo, hablar de los derrames de 2017 en San Juan, producidos por la Barrick Gold (empresa que acaba de desembarcar con un nuevo proyecto en Salta).
Quien más se refirió al tema fue el secretario de AOMA. Laplace enfatizó: “No nos podemos permitir el lujo, ni en Argentina ni en ningún otro lugar del mundo, de tener sucesos ambientales que impliquen castigar la calidad de vida de los ciudadanos”.
Sin embargo, también buscó deslegitimar a quienes se oponen a la minería en pos del medioambiente: “Hay muchos bandidos pregonando en contra de nuestra actividad, pero sin fundamentos”, dijo, y añadió “Todos los miembros del sector tenemos que colaborar para que aquellas provincias con leyes restrictivas -como Mendoza y Chubut-, salgan del cerrojo que están teniendo”.
Con respecto a esto último, Laplace pidió que los gobiernos se hagan cargo de realizar “controles exhaustivos sobre la seguridad de las mineras, para que podamos quitarle los miedos a la población”. Por último, destacó la importancia en la comunicación y transparencia de las empresas mineras, para evitar este tipo de “roces”.
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