¿Un mérito de Cambiemos? Haber entendido (tarde) que había que bajar el déficit primario y haber dejado un déficit de solo 0,4% (sobre PBI) en 2019.
Pero no hubo una reducción inteligente, sino apalancada principalmente por la inflación que licúa los gastos del estado, sobre todo en jubilaciones y salarios. Explica Idesa:
“Entre los años 2017 y el 2019, ya en emergencia, el gasto fiscal primario se redujo en 4,1% del PBI. Los principales ítems que explican el fuerte ajuste son:
- Aproximadamente un 47% se explica por la reducción en el valor real de las jubilaciones y los salarios públicos.
- La reducción en el valor real de la inversión pública explica otros 21%.
- La reducción en el valor real de subsidios a las tarifas públicas explica otros 14%.
“La devaluación no solo generó las condiciones para recomponer la balanza comercial sino también las finanzas públicas. La inflación licuó las jubilaciones, los salarios públicos y otros ítems del gasto público. Esto produjo el ajuste fiscal. No es que el Estado gaste menos porque se replanteó la organización del sistema previsional o porque corrigió excesos de burocracia e ineficiencias. Por el contrario, la principal fuente de reducción de gasto es el rezago temporal en la actualización de las jubilaciones, salarios y otros gastos del Estado”, resume Idesa.
El informe completo, aquí.
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