Sin demasiada euforia por parte del auditorio, ni tampoco desaprobación, Macario subrayó la colaboración que la UIC mantiene con el gobierno provincial, destacando el papel clave de las Agencias de Competitividad, ProCórdoba e Innovar y Emprender. “Queremos seguir manteniendo la fórmula de trabajo conjunto que nos ha distinguido y permitido tener un diferencial en muchos ámbitos”, afirmó, resaltando la buena relación con la gestión de Martín Llaryora y el compromiso de la UIC en acompañar iniciativas que impulsen el desarrollo industrial de Córdoba.
En ese contexto, Macario reiteró que la UIC no busca “privilegios ni prebendas”, sino colaborar activamente en programas que promuevan el crecimiento. Además, llamó a los empresarios presentes a acercarse a las agencias públicas para aprovechar oportunidades que ayuden a las empresas a “evolucionar y crecer”.
Advertencia a Milei: la obra pública es esencial
Por otro lado, el discurso de Macario incluyó una crítica velada a la postura de Javier Milei. “No compartimos la paralización total de las obras públicas. Lo que, en todo caso, hay que eliminar es la corrupción”, enfatizó. La obra pública, explicó, es vital para la infraestructura que sostiene la competitividad industrial y agrícola del país.
Macario pidió una visión equilibrada, señalando que la inversión en infraestructura pública es un pilar para mejorar la productividad y atraer inversiones. La falta de rutas, puentes y puertos adecuados encarece los costos y frena el desarrollo económico.
La esperanza como motor de cambio
En un tono más optimista, Macario apeló a la “esperanza” como motor de transformación en medio de un contexto económico adverso. Señaló que, a pesar de la alarmante pobreza que afecta a más del 50% de la población, los industriales no deben limitarse a quejarse, sino proponer soluciones. “La salida es el crecimiento”, insistió, pero subrayó que este solo se logrará liberando el potencial del sector privado.
Con un claro guiño a los sectores políticos, Macario dejó en claro que la UIC busca “diálogo permanente y constante” con el Estado, esperando que las decisiones se tomen en conjunto con los empresarios.
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