Unas 250 compañías fintech en Argentina operan sin un marco regulatorio expreso, adaptadas al entorno anterior entre normativas del BCRA y disposiciones de Defensa del Consumidor.
Y aunque muchos empresarios creen que la mejor regulación es la que no existe, Salvador Calogero, country manager, 4Finance, pide abrir una instancia de diálogo y escucha mutua para consensuar pautas de juego que dejen claro el tablero para inversores (muchas fintech se fondean "afuera"), para los clientes y para todos los jugadores.
"Desde hace unas semanas el sector fintech es blanco de ataques desde el BCRA que, a través de distintos anuncios, puso distancia a las instancias de diálogo que se venían realizando desde la mesa de innovación financiera, un proyecto que tenía el espíritu de trabajar en conjunto para ayudar a construir un ecosistema financiero que llegara a más personas", explica Calogero.
En efecto, la entidad dio a conocer un relevamiento entre 46 empresas que brindan créditos a través de aplicaciones móviles o plataformas de internet, donde las expuso afirmando que el Costo Financiero Total (CFT) supera el 150% nominal anual.
Previamente, en febrero, a través de la Comunicación A6909, el BCRA resolvió prohibir el uso del débito directo interbancario y el débito inmediato (DEBIN), sin previo aviso y afectó de manera directa la forma de operar de las empresas.
El gran temor de las fintech en Argentina es la imposición de tasas máximas como las que se implementaron en Finlandia y que "mataron" el sector.
Según explican, muchas fintech abastecen a un sector de la población al que no llegan los bancos y sus tasas de interés son producto de una ecuación que contempla el costo del dinero y la morosidad efectiva, todo mediatizado por tecnologías de muy fácil acceso.
"Con una fintech no es viable que financies un emprendimiento o la compra de un auto, pero podés obtener ese dinero urgente que necesitás para una operación puntual y que -en el circuito tradicional- demorarías semanas en obtener", explican desde el sector.
Entre los puntos a regular, explica Calogero, debería estar la forma de presentar los distintos tipos de tasas (TNA, TEA), por ejemplo, a través de un simulador estandarizado que muestre claramente al cliente cuánto va a tener que devolver por el préstamo que está solicitando.
Otra asimetría que buscan corregir es la disparidad del IVA que deben pagar por los créditos otorgados los bancos (10,5%) y las compañías financieras y fintech (21%), que son las que atienden a las poblaciones más vulnerables.
Para el country manager de 4Finance (que opera el producto Vivus, entre otros), también sería necesario acordar en esa regulación el mecanismo para que todas las billeteras virtuales puedan operar con los mismos códigos QR a la hora de pagar en ventanilla, facilitando los micro-pagos en distintos puntos de ventas, reduciendo la circulación de efectivo de baja denominación y acelerando los procesos de compra.
Datos del sector
Según los datos de la Cámara Argentina Fintech, el sector representa el 26% del total de los préstamos para el consumo y es el segmento más representativo.
Durante el año 2019 prestaron más de $ 20.000 millones y permitieron que casi 2 millones de personas, excluidas por las entidades financieras tradicionales, puedan acceder a un préstamo para cubrir un imprevisto, pagar un servicio, un gasto médico, arreglar el vehículo que utilizan para trabajar o, simplemente, darse el gusto de una actividad recreativa.
"Hay que tener en cuenta que los préstamos adquiridos a través de esta actividad tributan IVA y otros impuestos, lo cual representó y sigue representando para el Estado, una recaudación sustancial. Sin este ecosistema visible y transparente, los usuarios quedan a merced de un mercado de prestamistas que operan de manera clandestina, sin reglas y ajenos al sistema tributario. Un segmento que seguirá presente y que se afianzará si no se toman medidas claras", resalta Calogero.
"Pocas veces tenemos la oportunidad de tomar decisiones en base al conocimiento y experiencia de otros y, en este caso, la falta de una regulación y la necesidad de contar con una en el país, tiene como ventaja evaluar lo que pasó en otros países. Tomemos por caso Finlandia, que a mediados del año pasado decidió regular la tasa de interés. El resultado: menor oferta en el mercado, una demanda insatisfecha y clientes al final del día sin una respuesta a sus demandas de crédito. Está claro que uno de los grandes problemas de Finlandia y que el mismo banco central reconoce, es la falta de educación financiera de sus ciudadanos. Como contraparte tenemos a Polonia, un país que está en proceso de regulación y en diálogo con todos los jugadores del sector".
"Mucho se critica el rol que tienen las empresas fintech, a veces de forma justificada pero en su gran mayoría, por falta de conocimiento de la llegada a un segmento de la población desprotegido y desatendido por el sistema financiero tradicional. Según el Informe de inclusión financiera 2019 que publicó el Banco Central de la República Argentina (BCRA) solo el 50% de la población adulta tiene acceso al crédito, avanzando solo 4% desde el 2015 y la tarjeta de crédito es el instrumento de financiación más utilizado (32%), por mencionar una muestra de este diagnóstico".
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