El sector no tiene un buen pasar. En 2019 la actividad estuvo un 25% debajo de 2018. Según comentó Martín Occhione, secretario general CIMA, en los últimos 4 años fue cayendo a razón de 20% en promedio por año. Además, el aumento de las importaciones pasó de 28 millones en 2015 a 62 millones en 2019.
Este combo hizo que cerraran unas 100 fábricas de marroquinería y se perdieran unos 4.000 puestos de trabajo.
A esto se suma el impacto de las tendencias proteccionistas de animales que optan por consumir productos elaborados con material sintético, mal llamados de “cuero ecológico”.
Y aquí vale aclarar que el cuero es un subproducto del animal. “No queremos que se le diga cuero ecológico porque es mentira, es una tela plástica”, señala Occhione.
Por eso, en la primera reunión de 2020, se propuso como objetivo impulsar un proyecto de ley que prohíba el uso de la palabra “cuero” para denominar artículos que están fabricados con materiales sintéticos.
Además, de ecológico tiene bastante poco, mientras el cuero demora entre 3 y 4 años en degradarse, el sintético tarda cientos de años.
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