La compañía estadounidense y la alemana hicieron una alianza que si tiene éxito, seguramente marcará la historia y los futuros balances de ambas.
Juntas están desarrollando una vacuna contra el COVID-19 y aunque todavía no saben cuándo estará lista (ni cuál será su costo final) la investigación avanza a pasos agigantados.
"Estamos usando una tecnología nueva que usa el ARN mensajero y que acorta mucho los tiempos en el diseño de una vacuna", detalla Nicolás Vaquer, CEO de Pfizer Argentina. Según explica, generalmente el diseño suele demandar unos 10 años.
Lo que esta tecnología permitió es la reducción de la primera parte del proceso que consiste en diseñar la vacuna, básicamente. Como se trata de un nuevo procedimiento Vaquer señala: "Hay que tener más cuidado en la siguiente fase que son las pruebas en animales y luego en personas".
A fines de abril comenzarían las pruebas de la BNT162 -el código de la vacuna- en personas en Estados Unidos (porque Pfizer tiene su sede central ahí) y en Alemania (donde tiene base BioNTech), países donde además hay muchos casos infectados. Inicialmente se aplicará en grupos pequeños (un par de decenas), y una vez que comprueben que es seguro y eficaz ampliarán la población para la prueba.
Vale aclarar que no son los únicos, unas 35 compañías están trabajando en el desarrollo de antivirales y vacunas en una fabulosa carrera para salvar vidas y ganar, por qué no, millones
De las 7.700 millones de personas que hay el mundo, imaginemos, entre un 20 y un 30% podría contagiarse en los próximos meses y desarrollar inmunidad. Quedan no menos de 4.000 millones de “clientes” posibles. Supongamos que solo un 25% de ese total decida (de motus propio o vía gobiernos) vacunarse contra el COVID-19, son unos 1.000 millones de personas. Si cada dosis dejara una ganancia (seamos razonables) de US$ 10… ¿sacaste la cuenta?
El Viagra y una paradoja
Aunque Pfizer es mundialmente conocido por ser el creador del Viagra (su nombre del sildenafil, la conocida droga que actúa en casos de disfunción eréctil y… recreación, digámoslo también), la realidad es que en Argentina su presencia en el mercado es mínima.
Ante la consulta de InfoNegocios sobre el incremento de la demanda que habían publicado algunos medios, el CEO de la empresa en Argentina comenta: “Hay muchos genéricos y otras marcas que lo venden. Nosotros no lo percibimos desde nuestras ventas pero tampoco somos un jugador importante, porque más allá de la fama que tiene el nombre Viagra, se venden otros tipos de sildenafil y no el Pfizer”.
En el país, la compañía cuenta con una planta en Villa Soldati, Buenos Aires, donde trabajan 200 personas, aunque en total tiene 600 empleados. Allí elabora anualmente unos 3.000 millones de comprimidos.
Dos de los productos más importantes que fabrican en Argentina son ibuprofeno (Ibupirac) y la vacuna contra el neumococo, que elabora en alianza con Sinergia, un laboratorio nacional de biotecnología.
“Argentina es uno de los países donde hacemos ensayos clínicos y eso es muy bueno para los pacientes y para Argentina. Para los pacientes porque si hay alguna enfermedad oncológica, por ejemplo, donde ya no hay opciones terapéuticas, estos ensayos permiten que los pacientes tengan una posibilidad. Esto sirve mucho para el país porque los ensayos clínicos son considerados exportación de servicios y eso se refleja en una entrada de dólares que ayuda a la economía”, explica Vaquer.
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