Hace unas semanas el gobierno nacional publicó el en Boletín Oficial la Resolución General 4731/202; la misma indica:
“...cuando por razones propias del transporte aéreo las mercaderías arribadas al territorio aduanero por esa vía no pudieran continuar por la misma a la aduana de destino, se permitirá la continuación del tránsito por vía terrestre, bajo las condiciones allí previstas y a través de la Solicitud de Tránsito”.
Esta nueva regulación es lo que la Asociación Cordobesa de Agentes de Carga (ACAC) -uno de sus impulsores-, denomina como “la continuación de bodega aérea por vía terrestre”. Según dicha entidad, la normativa es una enorme ventaja para los aeropuertos del interior del país, ya que “posibilita la descentralización del comercio internacional, tanto en lo operativo como en lo comercial. Ya que permitirá salir de la esfera del manejo de Buenos Aires, para devolverle al interior, su posición como operadores del comercio exterior”.
Mediante esta ley, las mercaderías que arriben al país por vía aérea (destinadas a las aduanas del interior), podrán utilizar la vía terrestre para llegar a la aduana de destino final cuando por motivos propios del tipo de transporte lo requieran.
Según ACAC esto beneficiará, por ejemplo, al movimiento y volumen de cargas en aeropuertos como el de Córdoba, Salta y Mendoza, entre otros.
Además, la Asociación espera que a partir de la implementación de este nuevo esquema se genere mayor actividad en las aduanas del interior y, como consecuencia, más trabajo para todos los operadores que están vinculados al sector (agentes de cargas, depósitos fiscales, despachantes de aduana, transportistas, etc.).
Al respecto, Laura Casaletti, presidente de ACAC explica: “El mayor beneficio será el impacto económico que esto generará en todo el interior del país. Dado que posibilitará un mayor acceso a la oferta del transporte aéreo que posee Argentina, a través de sus aeropuertos”. En ese sentido, la ejecutiva agrega “redundará en mejores costos para el servicio. Y consecuentemente, impactará de lleno en la competitividad de diversas regiones del territorio argentino, al reducir los costos de la cadena productiva de las empresas importadoras/exportadoras. Lo que se debería traducir, también, en mejores costos para el mercado local e internacional”.
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