Nadie niega que, si bien hoy en día los automóviles son más seguros, versátiles y veloces, han perdido ese no-se-qué característico de antaño. Esa chispa, ese toque que le daba originalidad y daba gusto conducirlo.
Un auto para toda la vida
Con sus mañas y tecnología rústica los autos -ahora- clásicos no han caído en el olvido y en Córdoba existe un taller que con amor, dedicación y calidad le devuelve el brillo al primer amor de muchos: Clásicos y Especiales.
Este taller, nacido en 2010 como una cooperativa de amantes de los autos clásicos y especiales se dedica exclusivamente a restaurar y fabricar autos clásicos, desde el chasis hasta el detalle más minúsculo, un trabajo artesanal que le ha valido premios en eventos como Autoclásica (con un hermoso Packard 640 Coupé de 1929).
El Packard 640 Custom Coupe de 1929.
Un trabajo hecho con… amor (y mucha, mucha paciencia)
Son 30 personas las encargadas de recibir autos en condiciones de todo tipo, pero con una meta clara: dejarlo como si estuviera recién salido de fábrica. Los autos que se restauran son principalmente de marcas extranjeras, de gran valor histórico y estético.
“El promedio de tiempo de restauración de un auto es de 3.000 horas. Pero depende de la complejidad del auto y del estado en que viene, también de la disponibilidad de repuestos y el flujo de inversión que esté dispuesto hacer el cliente”, nos cuenta Javier Izurieta, al volante de Clásicos y Especiales.
La restauración es un proceso totalmente artesanal y meticuloso. Una vez que llega el auto al taller se buscan muestras de cómo era originalmente, desde fotos hasta planos de este; seguidamente se procede a un relevamiento total del auto a restaurar, para luego tener una magnitud de la cantidad de piezas y repuestos a cambiar o reparar.
Una vez manos a la obra, se crea una bitácora de fotos del proyecto, para ir observando los avances e identificado las piezas en el desarmado y a posteriori el armado y resultado final del trabajo.
Por qué restaurarlos si puedes fabricarlos
En 2016, desde Clásicos y Especiales decidieron ir un paso más allá y comenzaron con la fabricación de sus propias recreaciones de clásicos, particularmente con el Mercedes-Benz 300 SLR, pero con un importante cambio: la posibilidad de elegir 3 tipos de motorizaciones modernas ¿El motivo? La mayor potencia y facilidad a la hora de arreglo y repuestos, priorizando la funcionalidad y rendimiento.
A futuro, ya están en marcha para mudarse de su actual planta en Av. Japón a una de mayor capacidad para comenzar a fabricar en serie, con la ansiada meta de llegar a producir 24 autos al año.
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