Se agotó el ciclo K y Juez ganó a lo Pirro
(IB) Las candidaturas testimoniales eran una apuesta de riesgo. Y le salieron mal al kirchnerismo. La derrota en la provincia de Buenos Aires (más las de Córdoba, Santa Fe, Mendoza, ¡Santa Cruz! y tantos otros distritos) termina de configurar un cóctel que ningún mago de la oratoria y la ingeniería de los análisis políticos podría presentar de otra forma de lo que es: el final del ciclo hegemónico de Néstor Kirchner y su armado político.
Empezará ahora una nueva etapa de gestión. Habrá que ver cómo asimila el golpe el gobierno nacional y si lo encapsula aún más en sus políticas o lo abren a un diálogo que parece tan necesario como improbable.
En Córdoba, el triunfo de Juez recuerda aquella de Pirro, rey de Epiro, cuando tras lograrla a costa de numerosas bajas, -dicen- reflexionó: otra victoria así y estaremos perdidos. El gran hablador de la política cordobesa logró ganar pero sin “aplastar” a nadie en el tramo de senadores, pero perdió sorpresivamente en las boletas a diputados. De hecho, las listas justicialistas unidas (Mondino + Accastello) suman más votos que el juecismo y lo dejan sin poder “demostrar” el declamado supuesto fraude del 2007.
Precisamente del tramo a diputados salen los grandes ganadores: de la elección en Córdoba, Oscar Aguad, Ramón Mestre y la UCR, una fuerza política que se ilusiona con volver a enamorar a un electorado con el que vivió intensos años de romance allá lejos y ya hace tiempo.
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