Algún periodista de esos que detesta Milei había publicado -hace unos días- que Santiago Bausili estaba muy en contra de la eliminación del impuesto país. Si lo estuvo, no dejó traslucir nada en ese sentido en su paso por la Bolsa de Comercio de Córdoba.
Los presidentes del BCRA son de hablar poco y decir menos, porque cada cosa que digan puede generar un “efecto mariposa” en los activos financieros.
Bausili no fue la excepción. Dijo con calma que no le preocupa el incremento de las importaciones que viene registrando Indec (aunque todavía hay mucho superavit comercial).
Si la recuperación económica (y tipo de cambio ¿atrasado?) impulsan las compras al exterior, Bausili cree que habrá dólares que ingresen en la cuenta corriente vía inversiones y RIGI, un formato de flujo de capitales donde ya no hay cepo.
¿Y si la baja del impuesto país impacta en la reservas? Todo tranquilo, dice. El gobierno no puedo controlar el gasto en turismo de la gente y quienes viajen a Brasil (y otros destinos) saben que sus gastos en dólares es mejor cancelarlos con billetes propios o con compras vía dólar financiero (y no con dólar tarjeta, vía BCRA).
Para el titular del BCRA, los microgastos con dólar tarjeta (Netflix y otras plataformas) seguirán en el mismo nivel actual, porque la gente entiende que es más trámite que ahorro comprar dólar MEP para cancelar esas cuentas.
¿El dólar está atrasado? Es un debate que llegó para quedarse -dice Bausili- porque “no vamos a devaluar”.
Para el BCRA la creciente escasez de pesos se empieza a sentir en el mercado. En cada jornada hay bancos a los que les faltan pesos, cuando hace décadas que todos los bancos del sistema tenían sobrantes diarios.
“Estamos muy cerca del equilibrio monetario, pero todavía faltan que se acomoden posiciones en el sistema cambiario”, dijo. Cuando se terminen de acomodar esos bolsones de demanda contenida de dólares vía cepo (la remisión de utilidades a casas matrices y la cancelación de préstamos intercompany), será el turno de la apertura total de las restricciones en el mercado de divisas.
¿La recuperación de la economía no va a ralentizar la baja de la inflación? Bausili cree que no y lo explica: si hay más demanda de productos en un entorno de competencia, los productores van a usar su capacidad instalada (hoy en torno al 60% promedio) en lugar de subir precios.
Además, llegado el momento de agotar la capacidad instalada, el bajo endeudamiento de las empresas abre un camino para invertir, estima.
¿Qué le falta al programa económico? Abrir la economía lo más rápido posible para terminar de acomodar precios relativos y consolidar la desinflación. “El mercado a futuro ya descuenta que el crawling peg -la devaluación mensual- va a ir del 2% al 1% y por eso las encuestas de expectativas empiezan a creer que una inflación 2025 debajo del 20% es posible.
Mientras tanto, el BCRA sigue comprando dólares y todo luce en calma en el frente monetario y cambiario.
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