Si bien son pocos los que se dedican a la cetrería en Argentina, es una actividad utilizada en varios aeropuertos de nuestro país y ya cuenta con varios centros de cautividad y adiestramiento para aves.
La cetrería es el arte de adiestrar aves rapaces para capturar presas. Pero desde la Asociación Argentina de Cetrería (AAC), su presidente Daniel Abarquere, contó a InfoNegocios que "tiene varios vértices: la cría de las aves en centros de cautividad; la utilización para la caza; un uso ecológico que se relaciona con el estudio de las aves y las problemáticas relacionadas con el control aviar".
Las técnicas utilizadas por los cetreros, según Abarquere, son dispersivas y no afectan al medioambiente: las aves ya entrenadas se establecen sobre las zonas de plagas periódicamente lo que genera una actitud de huida de las aves "peligrosas" al reconocer a los halcones, por ejemplo, como enemigos naturales.
En Argentina se trabaja, mayormente, con halcones y algunas especies de gavilanes (y águilas en menor medida). Y el tiempo de adiestramiento puede ir de los 3 a los 5 meses, desde el inicio del amansamiento hasta la respuesta a llamados y la caza en sí.
Pero el presidente de la AAC sostiene que es un trabajo que hay que mantener, "es algo que hay que reforzar todos los días". Para explicar esto, hace alusión al cerebro de estas aves, ya que "no es lo mismo que un mamífero o un reptil, y necesitan un refuerzo constante todos los días".
Por esta razón, por ejemplo, en los aeropuertos donde el objetivo no es la caza, se realiza un entrenamiento un poco diferente ya que los halcones son entrenados para realizar vuelos más cortos, en perímetros más chicos. La mayoría de las veces se entrena directamente en las pistas del aeropuerto.
En el caso de Argentina, se conoce que la cetrería se utiliza en aeropuertos como Aeroparque, Ezeiza, San Fernando y en el de Iguazú. Este último es uno de los más "riesgosos" ya que la pista de aterrizaje tiene constantes invasiones de garzas por ser una zona de mucha diversidad de flora.
Daniel comenta que las demoras o cancelaciones de vuelos por problemas con aves son muy frecuentes: en el mes, por lo menos, hay un caso en el que hubo algún impacto o retraso en el despegue.
La paloma, una amenaza constante
Si bien parecen inofensivas, la paloma común es una de las plagas más invasivas que hay en nuestro país. Aunque no es originaria de América (es europea), tiene la capacidad de desafiar todos los intentos por ser erradicada, además de ensuciar y transmitir una gran cantidad de enfermedades. También es, muchas veces, la culpable de arruinar motores, hacer cortocircuitos en turbinas y corroer ciertos materiales.
La cetrería es la encargada de evitar que esta plaga impacte sobre los aviones, formando abolladuras o accidentes más graves. Aunque se considera bastante más peligrosa para el agro y la industria.
Si bien es un arte sumamente necesario, la cetrería no es tan difundida y no cuenta con un gran reconocimiento, siendo muchas veces la responsable de que nuestros vuelos sean seguros (y posibles).
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