No se pudo detener la sangría de dólares de las reservas del BCRA, ni tampoco frenar el ascenso persistente en el tipo de cambio.
El cúmulo de medidas minimalistas, tomadas en torno a las operaciones de cambio de moneda, han agregado mayor confusión e incertidumbre al escenario económico angustiante que atraviesa nuestro país.
En diferentes oportunidades hemos señalado que el valor del dólar en la Argentina es un termómetro de la confianza de los agentes económicos.
Proyectar su valor para los agentes económicos, en el corto plazo, depende siempre de la lectura que ellos realicen sobre la relación entre pesos y dólares que administra el BCRA.
Esta relación mide el tipo de cambio de conversión, es decir el valor que hace equivalente el total de pesos emitidos respecto del total de dólares que posee el BCRA, ajustado por regulaciones y expectativas.
Dicho cálculo en los últimos días, incorporando el drenaje de reservas y la emisión recurrente de pesos del BCRA, arroja valores que lo ubican en el rango $ 133 - $ 233. Incluyendo leliq y pases del BCRA en el cálculo y los argendólares depositados netos de préstamos en dólares otorgados por los bancos.
Nótese que el valor de piso del rango citado en $ 133 coincide con el nuevo valor que definió el gobierno para el llamado dólar ahorro o dólar solidario, luego de agregarle retenciones de ganancias por 35% en su operatoria.
La mediana estadística del rango indicado arroja $ 182 por dólar, funcionando este valor como una referencia para la operación de moneda extranjera a la cual tiene acceso el público, es decir dólares financieros y dólar blue.
Entonces podemos afirmar que los valores actuales de $ 146 dólar MEP, $ 158 dólar CCL, o $ 167 dólar blue, tienen aún margen para aumentar. Incluso sin empeoramiento disruptivo de las condiciones de mercado, en la medida que continúen deteriorándose las expectativas del público con relación a nuestra moneda, el peso.
El desafío para las autoridades que definen la política económica de nuestro país es cambiar el sendero de las expectativas negativas actuales. Pero según los valores expuestos, ese cambio deberá estar inexorablemente ligado a una reducción del ritmo de emisión monetaria y una recomposición paulatina de las reservas de nuestro Banco Central.
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