La diferencia de precio es aplastante: si hacer una casa tradicional te puede salir US$ 50.000, montar una prefabricada (con platea y llave en mano) ronda los $ 600.000 en operadores como Vilahouse, la joven empresa que comanda el joven Florencio Ferrara.
Con una sede industrial en barrio Los Boulevares, la semana que viene están abriendo una segunda planta en Don Torcuato (Buenos Aires), para llegar con mejores costos al poderoso mercado del Gran Buenos Aires.
“El sistema está creciendo muy fuerte y queremos estar preparados para abastecer la demanda -explica Ferrara-; después de la planta de Buenos Aires, los planes son montar unidades de producción en Mar del Plata y Neuquén”.
Hasta la fecha y en solo 5 años de existencia, Vilahouse ha entregado 500 viviendas, aunque el crecimiento se acelera: el año pasado entregaban 30 al mes y ahora están en 50, un crecimiento del 66% en el medio de una economía donde todo se retrae.
Hoy Vilahouse vende en todo el país, pero llevar los materiales de una casa (que se monta en pocas horas) puede sumarle hasta $ 100.000 al costo y por eso es importante tener unidades de producción cerca de los mercados a atender.
La empresa tiene productos que arrancan de los $ 300.000 (cuando el dueño del terreno también prepara la platea donde se montará la casa), hasta $ 700.000 cuando el servicio es integral y punta a punta, con entrega llave en mano.
Aunque no existe una cámara que los agrupe, se estima que en Córdoba hay unas 200 empresas que montan casas prefabricadas, lo que provocó inconvenientes con algunos operadores poco escrupulosos. “Por suerte -dice Ferrara- Defensa del Consumidor está haciendo un trabajo muy bueno y ayuda a limpiar el mercado de esta gente que le hace mal al sistema”.
Vilahouse acaba de abrir un nuevo local comercial sobre Av. Donato Alvarez (a pocas cuadras de la Blas Pascal), también tiene oficina comercial en Buenos Aires y pronto en Río Cuarto. También un representante en Uruguay que ya colocó las primeras unidades y en el radar tienen el mercado de Paraguay.
Las formas de venta son básicamente tres:
- Contado: entregan el producto en 60 días.
- 50-50: se entrega la mitad y se financia la otra mitad. Entrega en 90 días.
- Aportes mensuales: cuando el titular llega al 50% se le entrega la unidad y financia el resto del saldo.
Aunque trabajan con 12 modelos predefinidos, el cliente puede “customizar” la vivienda según su gusto, optando por formatos desde 1 a 4 dormitorios.
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Andrés Vivas :
Yo compre una casa a VILAHOUSE, y la verdad, la empresa es excelente SOLO en Marketing. Han vendido mucho mas de lo que pueden entregar. Si dejan de vender hoy creo que tienen trabajo por 2 años aprox.... tienen una desorganización total en planta, en entregas, en post venta, calidad, por donde la mires. Mi casa tardo casi 6 meses, y después de insistir al punto de tener que contactar al dueño y de presentarme personalmente en la planta de producción. La entrega fue de una casa sin terminar, con faltantes como las columnas de la galería (Dejaron puntales!), aislante de techo, aberturas que no eran, etc etc ....un desastre. Hoy aun no han terminado y solucionado todos los pendientes. Sería lindo que medios como Infonegocios, elDoce, etc que han promovido a esta empresa, sean mas responsables y revisen a quienes publicitan, o mínimo revisen si lo que dicen es cierto....Yo busque referencias antes de comprar y me clave. Una experiencia olvidable y ahora con abogados de por medio. Slds.
Renzo Roglia :
ACTUALIZACION 2021 - En tiempos de pandemia la empresa siguió vendiendo y prometiendo sus entregas a 60 días. Prometiendo y confirmando que operaban dentro de una normalidad que les permitía cumplir con los contratos. Lo cual en nuestro caso y la de muchos que se quejan por las redes, NO ES CIERTO. Nuestra familia ha programado y desprogramado mudarse desde Berazategui a Córdoba en mas de una ocasión porque te confirman y postergan la instalación mas de una vez. Hoy nos vemos forzados a seguir con nuestra ilusión de mudarnos, pero en una forma mucho mas precaria y lejos de lo que habíamos planificado en base a la confianza que habíamos depositado en esta empresa, que se piensa que le están vendiendo televisores a uno. Tristeza, indignación es lo que generan este tipo de acciones, donde el desamparo es tan grande como las mentiras que venden