El proyecto nació de la mano de Leandro Ordóñez (padre), quien dio sus primeros pasos en el rubro de casas rodantes en Merlo (sobre la Ruta 7, frente a la histórica Malboro). Desde allí, con marcas emblemáticas de la época como Andariega, La Onda y Anaí, comenzó a revender y posicionarse en un mercado que entonces era incipiente.
En los años 90, el emprendimiento dio un salto clave: el traslado a Ituzaingó, sobre el Acceso Oeste, un punto estratégico que impulsó fuertemente el crecimiento del negocio. Hoy, casi cinco décadas después, Camping del Oeste sigue siendo una pyme familiar, gestionada por la segunda generación: Leandro y Valeria Ordóñez, junto a hermanos, sobrinas y hasta su fundador, que a los 82 años todavía atiende clientes cuando el local se llena.
Producción, venta y entrega en todo el país
El modelo de trabajo combina tradición y adaptación. La fabricación de casas rodantes se realiza a través de dos fábricas externas que producen unidades a pedido o bajo estándares propios, con al menos un modelo de cada tipo disponible. Las restauraciones, en tanto, se tercerizan por una cuestión operativa y de personal.
Además del punto principal en Ituzaingó, Camping del Oeste cuenta con: punto de entrega en Mercedes y punto de entrega en Cenillosa. Desde allí, y con transportista propio, realizan envíos a todo el país.
Qué se vende y cuánto cuesta hoy salir a la ruta
El producto estrella del momento es el motorhome mediano, montado sobre chasis tipo Sprinter, Iveco o Master, pensado principalmente para dos personas (aunque algunos se adaptan para hasta cuatro).
-
Motorhomes medianos: desde US$ 30.000 en adelante.
En casas rodantes, la oferta es amplia:
-
Mini rodantes (reemplazo de carpa, sin baño interior):
-
Usadas desde $ 2.500.000
-
Nuevas desde $ 3.800.000
-
Casas rodantes clásicas (con baño, cocina y todo integrado):
-
Desde $ 5.000.000 (2,50 m, para dos personas)
-
Desde $ 6.000.000 en adelante (3,50 m o más grandes)
Formas de pago flexibles, incluso a medida del cliente
Camping del Oeste acepta pesos, dólares, transferencias, tarjetas y Mercado Pago, y además ofrece una modalidad poco común: financiación personal directa, acordada caso por caso con el cliente. El esquema es simple: se paga en cuotas según posibilidades y, una vez cancelado el total, se retira la unidad.
Un rubro que crece en cada crisis
Lejos de achicarse, el mercado de casas rodantes y motorhomes suele expandirse en contextos económicos difíciles. Pasó en 2002 con el corralito, volvió a suceder durante la pandemia y sigue ocurriendo hoy. ¿La razón? Para muchos, viajar con casa propia sobre ruedas resulta más económico que alquilar cabañas u hoteles, además de ofrecer libertad y flexibilidad.
La pandemia, en particular, marcó un antes y un después: muchos probaron por primera vez este estilo de viaje y no volvieron atrás. A eso se suma un fuerte crecimiento del autoequipamiento, otro de los pilares del negocio: Camping del Oeste vende accesorios a todo el país a través de su web, Mercado Libre, Instagram, TikTok y Facebook.
Argentina, todavía lejos del estándar internacional
Aunque el uso de motorhomes y casas rodantes crece, Argentina aún está lejos de países como Brasil, Europa o Estados Unidos, donde existen amplias redes de espacios habilitados para carga y descarga de aguas grises, aguas negras, electricidad y agua potable. “Estamos en camino, pero todavía falta infraestructura”, reconocen desde la empresa.
Tu opinión enriquece este artículo: