En las marcas Adrogel, un sistema de alginato y proteínas que simula los dados de grasa de un embutido y que permite reducir hasta 70% los lípidos, es decir, dicho de otra manera, permite hacer salames con mucho menos contenido graso, y en Citritex, un complemento para polvos para preparar muffins o tortas que reduce 13% las calorías y 40% las grasas que los consumidos por la mayoría.
De la jornada también participó el Gabriel Raya Tonetti, Gerente de Innovación de Arcor, y Mariano Melo (Converflex S.A).
Extraño: gracias a la industria automotriz Cargill avanza en innovación alimentaria
La tribología es la ciencia que estudia la fricción entre dos cuerpos. Nació y se usa de manera cotidiana en la industria automotriz: el estudio de la fricción, el desgaste y la lubricación de los pistones de un motor es un ejemplo clásico de lo que hace un tribólogo.
Sin embargo sus aplicaciones están siendo usadas por la industria de la alimentación, según contó ayer Eduardo Ramírez, responsable técnico regional de Cargill durante la jornada sobre Innovación y Tecnología de los Alimentos en la Universidad Católica de Córdoba.
El directivo de una de las empresas que más ingredientes provee a la industria alimentaria nacional contó que a través del producto Trilisse se trabaja “en el balance del triángulo entre sabor, textura y cuerpo del producto” y que para eso se utilizan los conceptos básicos de la tribología.
“El Trilisse es un sistema estabilizador diseñado para la optimización del sabor en las bebidas. Es un producto usado para que no varíe el sabor y la textura de una gaseosa diet en comparación a una regular”, explicó.
¿En qué otra innovación de la industria alimentaria está trabajando Cargill? En la nota completa.
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