Desde una dura experiencia en Europa hasta la gestión de múltiples locales en Córdoba, la vida de Nicolás Francisca, dueño de Le Crèmme, es una historia de reinvención y disciplina. A sus 38 años, no sólo fundó una marca de helados artesanales, sino que también diseñó un modelo de negocio que busca crecer junto a sus franquiciados. Francisca, revela el motor detrás de su proyecto: el arte de convertir una historia en un sabor.
Un camino forjado en la gastronomía
Francisca comenzó en el rubro gastronómico a los 17 años. Trabajó por necesidad como mozo y, con el tiempo, aprendió a "leer a las personas" y a entender que cada servicio es una experiencia que el cliente espera.
Tras una etapa de aprendizaje en España e Italia, dónde se encontró con "crisis, calles duras y días difíciles” que forjaron su carácter y lo hicieron entender que las raíces se construyen lejos de la comodidad, regresó a la Argentina y trabajó con un mentor, a quien menciona como Martín A., hasta administrar siete locales gastronómicos a sus 26 años.
Luego, la vida lo obligó a frenar por una lesión que lo dejó 18 meses en muletas, tiempo clave para "reinventarse”, abriendo una cadena de locales de cobranza de impuestos que llegó a tener 14 puntos.
Sin embargo, la gastronomía seguía latente, hasta que años más tarde, incursionó en el mundo de las franquicias de helados, pero sintió una "frustración profunda": no controlaba el producto ni la experiencia, y sentía que tenía un "techo".
El nacimiento de Le Crèmme: una necesidad interna
Fue en una charla con su viejo mentor, asado y vino de por medio, donde nació Le Crèmme. El proyecto, más que un negocio, surgió como una "necesidad interna". Su obsesión inicial no era vender, sino “lograr que alguien cierre los ojos cuando pruebe una cucharada de helado.
“Me obsesioné con la textura, con el equilibrio, con la sensación final en boca. No quería un helado. Quería una experiencia” relata el fundador de Le Crèmme.
“El nombre, elegido, imperfecto en francés, fue intencional: no venía a copiar nada, venía a crear una identidad propia" asegura Francisca. Comenzó fabricando "a fasón" (sin marca para otros), pero con el tiempo Le Crèmme salió al mercado.
Actualmente, Le Crèmme cuenta con una fábrica ubicada en la zona norte de Córdoba y la línea de producción tiene la capacidad de abastecer actualmente hasta 8 locales.
“A la fábrica no la veo como una planta productiva: la veo como un laboratorio, me encanta ir y estar ahí, crecemos paso a paso, sin traicionar lo más importante que tenemos: la calidad. ¡Hoy no vendo helado, disfruto de hacerlo, estoy muy acompañado por mi familia, amigos y mi hijo de 7 años! Comparto un pedazo de mi historia en cada cucharada” cuenta Nicolás.
La marca abastece su propia sucursal en calle Rondeau 585 en Nueva Córdoba, y, además, abastecen dos franquicias ya abiertas: en Recta Martinolli 8847 y Bv. San Juan 125 y tiene capacidad para abastecer a las próximas 5.
Francisca hace foco en que su negocio no es solo vender el nombre de la marca, sino asegurar que el cliente pruebe un producto que lo "mueva por dentro" y que el franquiciado esté acompañado.
Estrategia y desafío franquiciante
La estrategia de Le Crèmme a mediano plazo se centra en un crecimiento conjunto con sus franquiciados. Si bien actualmente están concentrados en Córdoba, ya reciben llamados para abrir locales en el interior de la provincia. La inversión inicial estimada para una franquicia parte desde los U$S18.000 dólares aproximadamente, un valor que Francisca considera accesible para el mercado.
El soporte que brindan como franquiciador se centra en el acompañamiento, buscando tener la certeza de que el franquiciado cuide la marca y, por ende, al cliente. El principal desafío, sostiene, más allá de la logística o el costo de materias primas, es que el franquiciado esté acompañado en el proceso.
El sabor
Con tantos años de experiencia fabricando helado y siendo proveedor de otros comercios, ahora la marca propia de Francisca, busca diferenciarse al considerar sus sabores como "historias" y no como productos.
Sus gustos están diseñados "para quedarse en la memoria", subraya que la calidad no es un detalle, sino un límite y destaca variedades como: mascarpone verde, pistacho del himalaya, ecuatoriano al 90 %.
Bien oportunas fueron las inauguraciones de los 3 locales, de cara al verano, y altas temperaturas que invitan a tomar un helado de una marca que promete por la experiencia en el rubro. Respecto a opciones especiales, Le Crèmme tiene planes de preparar una línea sin TACC (aptos para celíacos) y están trabajando en el lanzamiento de postres y tortas para los próximos meses.
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