1) Expedición y recepción de las carcasas.
2) Inspección inicial. Por medio de xerografía, se analiza si el neumático tiene separaciones internas entre las lonas que forman la estructura el neumático.
3) Limpieza de flancos. Este proceso se lleva a cabo para no contaminar el neumático en las posteriores etapas del proceso.
4) Microperforaciones. Un operario verifica visualmente que la carcasa no tenga daños importantes y además, la máquina detectora de micro orificios electrónica, muestra por medio de un arco eléctrico si la carcasa tiene microperforaciones.
5) Pulido o raspado. Se saca el remanente de banda que quedó en el neumático para que quede una capa remanente de caucho para después poner la banda sobre esa carcasa.
6) Escareación. Como a las caries de los dientes, en esta instancia se tratan todos los daños del neumático evitando que queden cables sueltos de la estructura del neumático ni cables oxidados.
7) Cementado, relleno y reparación. Se cementa la carcasa con caucho líquido para mejorar la adherencia al momento de colocarla banda. Se rellenan todos los cráteres escareados con caucho crudo y se emparcha donde sea necesario.
8 ) Embandado. Se pone una capa de 1,2 milímetros de caucho crudo y luego se inserta la banda de rodamiento por compresión.
9) Envelopado. Se coloca una funda sobre la carcasa para que retenga la banda de rodamiento hasta el momento de vulcanizarse.
10) Horno autoclave. En estos dispositivos se vulcanizan todos los productos crudos en exactamente tres horas desde que ingresa la carcasa hasta que sale del autoclave . Se vulcaniza a 6 bar de presión y a una temperatura de 110º C. Esto hará que los productos pasen del estado plástico al elástico y queden formando una sola pieza con la carcasa.
11) Inspección final. Se retira el envelope de la carcasa una vez ya vulcanizada y se revisa que el neumático quede estéticamente correcto.
12) Pintura. Se pinta el neumático con una pintura vegetal para que no dañe los compuestos del neumático.
No será fácil pero sí barato y bueno: Michelín, con el bolsillo y el medio ambiente
La primera y única planta de recapado Michelín del país está en Córdoba, más precisamente en la planta de Rivarosa S.A. ubicada en Morteros, a casi 300 kilómetros de la capital cordobesa. En total son seis las que se encuentran en Latinoamérica (contando las cinco que ya funcionan en Brasil).
Pero... ¿en qué consiste el recapado? Es un proceso que permite renovar un neumático usado, dejarlo como nuevo y sólo pagar el 35% del valor de uno sin estrenar. Además de darle un respiro al bolsillo del cliente, contribuye con el medio ambiente ya que se recuperan las carcasas que, de lo contrario, quedarían en desuso. “Cada vez que uno recapa, significa que se está dejando un esqueleto menos de neumático para tirar en el medio ambiente”, explica Eliana Banchik, gerenta de marketing de Michelín.
Sin embargo, el mayor impacto ambiental que produce un neumático se encuentra cuando está en uso. Es el responsable de un 33% del consumo del combustible que produce el auto por la resistencia al rodamiento. “Por eso Michelín tiene su línea ‘Energy’ para ahorrar 6% con respecto a la competencia y así evitamos emitir grandes cantidad de dióxido de carbono”, agrega Banchik. A nivel mundial, esta tendencia está ganando lugar: se venden un millón de neumáticos nuevos y se recapa la misma cantidad. (En ver la nota completa, el paso a paso de este proceso).
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