El Comité Central de la Unión Cívica Radical, bajo dominio mestrista y de sus aliados circunstanciales, votó ayer reclamarle a la legisladora deloredista Elisa Caffaratti que renuncie a su banca. Además, suspendió a la negrista Patricia De Ferrari de su cargo de vicepresidenta 1°. La interna partidaria alcanzó el punto máximo de tensión.
La mestrista histórica Carla Abugauch presentó una nota solicitando al Comité Central que exija a Caffaratti la renuncia a la banca para ocuparla ella misma, por ser la primera suplente en aplicación del demagógico cupo femenino. La justificación de Abugauch es que Caffaratti fue electa en la lista de la UCR -que llevó como candidato a gobernador a Ramón Mestre- pero terminó integrando el bloque de Juntos por el Cambio en la Legislatura (junto a negristas, ex mestristas, y macristas).
El Comité votó encomendar al secretario general, el mestrista Alberto Zapiola, que se encargue del asunto, por lo que este le enviará una carta documento a Caffaratti. Previsiblemente, la deloredista no abandonará la banca, lo cual dará lugar a que el Comité inicie acciones judiciales basadas en el principio de que las bancas pertenecen a los partidos. Para ello, recurrirán al antecedente de Juan Peirone, quien no pudo asumir en el Concejo Deliberante de Río Tercero en 2007 porque había dejado la UCR para pasarse al Frente Cívico.
Otra decisión polémica que tomó el Comité Central (Mestre presidió pero no votó) fue la suspensión provisoria de la vicepresidente 1° De Ferrari. La negrista, también legisladora provincial, pidió antes del comienzo de la reunión copias de las notas que iban a tratarse, entre ellas la de Abugauch, pero como se las negaron, ella y otros de su grupo desistieron de participar (tampoco estuvieron los miembros de Identidad Radical, por distintos motivos, y sí concurrieron los titulares de Fuerza Renovadora, Miguel Nicolás, y de Asamblea Radical, Sergio Piguillem).
Para suspenderla, el planteo fue que siendo vicepresidente 1° le toca reemplazar al presidente, Ramón Mestre, cuando este no puede asistir a una reunión, y como fue candidata a legisladora por una lista rival de la UCR y ahora integra un bloque distinto al de su partido, surgiría una contradicción. Haber ido de candidata en otra lista, de acuerdo con la Carta Orgánica partidaria, puede llegar hasta a la expulsión, si así lo resuelve el Tribunal de Conducta.
La tercera decisión fue permitir que Elsa Giordano continúe desempeñándose como prosecretaria en el Tribunal de Cuentas de la Municipalidad, ahora bajo la Intendencia del peronista Martín Llaryora. La autorización le fue concedida a pesar de que estará bajo la órbita del peronismo. No tardarán desde la oposición al mestrismo hacer notar la diferencia de criterio en los casos Giordano y Caffaratti. De todos modos, los mestristas entienden que solicitar el permiso es lo correcto, y señalaron como una actuación antagónica a la de Giordano la tomada por la ex Defensora del Pueblo Adjunta, Jéssica Valentini, quien asumió como Oficial Mayor de la Municipalidad sin avisar al Comité Central.
La sesión de ayer, convocada según los no mestristas sin la anticipación necesaria, hará explotar la interna en la UCR. La división en las elecciones del 12 de mayo, cuando los radicales tuvieron dos opciones a gobernador (Ramón Mestre, por el partido; Mario Negri por la alianza con el PRO, el Frente Cívico y la Coalición Cívica-ARI) se materializó en la Legislatura y en el Concejo Deliberante con el armado de dos y tres bloques, respectivamente.
Mientras se negociaba la unidad, hubo amenazas de parte del mestrismo de aplicar sanciones a los disidentes. Lo que pasó ayer en la Casa Radical parece el inicio de las hostilidades. Los radicales tendrán un verano de alta temperatura, y el encuentro programado para marzo en Villa Giardino no será sencillo de organizar, ni de realizar.
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