La ocasión hace al Souem

Jorge Sosa: “Convengamos que si yo fuera empleado de comercio y ganara poco, y tuviera la estabilidad laboral que tienen los empleados públicos, seguramente me planto hasta que me aumenten el sueldo porque obviamente no me pueden despedir. Simplemente por eso es que hacen lo que quieren los empleados públicos, porque no los pueden despedir. Y nosotros como consumidores no podemos elegir: si yo tuviera que comprar un vehículo puedo elegir el más barato, al súper puedo ir al de mejores ofertas. Pero al municipio solamente se lo puede elegir cambiando de ciudad, o sea, caemos en la de siempre: nuestro socio mayoritario -que es el Estado- no se lo puede cambiar. Y sus empleados desleales no se pueden despedir.

Alfa Pampa: fabrica más de un millón de alfajores por mes y quiere seguir creciendo (facturación proyectada: $ 4.000 millones en 2026)

En un país donde el alfajor es mucho más que “un producto”, lograr diferenciarse parece una tarea titánica. Sin embargo, desde una planta bonaerense y sin grandes campañas de marketing, Alfa Pampa consiguió construir una marca con alcance nacional, presencia internacional y una premisa clara: competir en calidad sin entrar en la carrera del alfajor más barato.