No hubo datos de qué escenario fiscal se prevé para 2020 y -aunque descartó que se avance hacia un superávit primario- tampoco esbozó si el déficit estará en 1, 1,5, 2 o más puntos del PBI. Tampoco se dijo si eso se financiará solo con emisión monetaria.
Estos datos -dijo Guzmán- estarán por escrito en el proyecto de Ley de Solidaridad y Reactivación Productiva que se enviará al Congreso (aunque no se precisó cuándo).
Sí está claro que se buscará avanzar en una reestructuración “amigable” de la deuda tanto con el FMI como con los bonistas privados. La idea general es suspender pagos de capital e intereses por dos años.
¿Metas de inflación? No hubo números. Solo dijo que la inflación de este año rondará el 55% y que la intención es “desinflacionar” la economía para converger en una inflación de un dígito anual, sin mayores precisiones.
Sobre el tamaño del Estado en Argentina (que toma recursos por el equivalente al 30% del PBI para su mantenimiento), Guzmán dijo que no hay márgenes para más ajustes del gasto y siempre puso foco en “cuidar a los sectores más vulnerables”, pero admitiendo también que no hay formas de financiar más gasto.
Como le hizo decir el genial Quino a Mafalda, el nuevo ministro planteó muy bien la problemática, pero poco dijo de la “solucionática”.
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