El revuelo que causó los contagios en el supermercado Agranel -junto a los casos del Italiano- fueron suficiente motivo para la marcha atrás de la flexibilización de la cuarentena en la ciudad, siendo motivo de condena por parte de la opinión pública. Ante esta repercusión, desde la Cámara de Supermercados y Autoservicios de Córdoba manifiestan que dadas las medidas tomadas por el COE, las empresas y sus empleados se ven estigmatizados.
El comunicado
La Cámara de Supermercados y Autoservicios de Córdoba, se viene a manifestar con sorpresa y preocupación y ante las improcedentes e injustas decisiones de algunas esferas que no hacen más que exponer la carencia de criterios al tomar arbitrarias medidas que terminan estigmatizando y culpabilizando a nuestras empresas, y con ello a nuestros trabajadores, dejándolos aún más expuestos.
Es por ello, que ante el cierre preventivo de todas las sucursales de la firma asociada A Granel, que lamentablemente tuvo el infortunio de registrar casos positivo en una de sus bocas, dando en las demás sucursales la TOTALIDAD de los resultados de los hisopados negativo, y habiendo pasado ya 10 días sin que hasta la fecha se haya autorizado habilitar la actividad, en el día de hoy se intimó al Centro de Operaciones de Emergencias (COE) a que, en forma inmediata, revea la reapertura de las sucursales que están en condiciones de hacerlo. Cabe señalar que se llega a esta instancia luego de agotar todos los recursos para que se revisara la medida y de haber cumplido todas y cada una de las diligencias y protocolos requeridos para la correcta desinfección de los locales.
El cierre no hace más que incurrir a la empresa en graves e insalvables pérdidas económicas, poniendo en riesgo puestos de trabajo, los pagos impositivos, pérdida de mercadería; entre otros innumerables inconvenientes, en un sector considerado esencial que no cuenta con ninguna ayuda estatal.
Avizorando el incierto panorama a futuro, nuestra principal necesidad es la de protocolos de actuación acordes a la dinámica de nuestras empresas, y ya que no estamos exentos de que una situación como esta vuelva a suceder, queremos fijar precedentes sobre las consecuencias en la toma de decisiones y en la falta de un análisis consensuado.
Nuestras empresas, sin manuales y a la deriva, hicieron frente a esta batalla anónima para seguir brindando servicios indispensables para la población. Con zozobra e incertidumbre, tuvimos que seguir ocupándonos, expuestos tal y como lo estamos, para garantizar la subsistencia de la población.
Asumimos desde un principio todas las medidas estrictas sanitarias, invertimos en cada recurso necesario para procurar minimizar los riesgos de contagio, fuimos los primeros interesados por la envergadura de nuestros locales y la circulación de público, cuidamos categóricamente al personal a través de rigurosos controles y seguimiento de los protocolos establecidos, siendo siempre la principal premisa velar por la salud de todos (personal y población).
Hoy, lamentablemente, ante este enemigo invisible no ha sido suficiente, y nos encontramos batallando en otro frente, nos toca esta vez enfrentar la desidia en la toma de decisiones de quienes son los responsables de cuidar nuestra salud, con medidas que son incomprensibles.
Anhelamos pues que, desde todas las esferas involucradas, comprendan que estamos todos en la misma travesía, con los mismos objetivos, cuidar la salud de la población sin dejar de brindar servicios básicos. Revisamos día a día nuestras fortalezas y debilidades, con la certeza de estar haciendo todo lo que está a nuestro alcance para soslayar cada dificultad. Venimos dando cuenta de ello. La incertidumbre nos inquieta, proyectamos nuevas realidades. Necesitamos el acompañamiento de quienes nos guían los pasos, somos esenciales y estamos desamparados.
Los Asociados a CASAC nos encontramos en situación de alerta y movilización.
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