Estamos para ayudarlo… ¿estamos para ayudarlo?
Marcelo Fabián Álvarez: “He escuchado y leído sobre quejas en la atención de los empleados del Easy que no responden a la leyenda impresa sobre la espalda de sus remeras:`Estamos para ayudarlo´, inclusive lo he vivido cada vez que he ido a la sucursal del Chateau, pero el sábado próximo pasado fui a la sucursal que está sobre Circunvalación de Juan B. Justo y me sorprendí gratamente por la atención recibida por un empleado que realmente cumplió con la consigna y se puso enteramente a mi disposición. Compré unos sillones de jardín, los hice abrir para verificar que las tablas del asiento estuvieran, y Héctor Delgado -la persona que me atendió- no tuvo ningún problema en buscar un producto que estuviera aceptable (pues al ser producidos en serie, suelen venir astillados, fuera de cuadro, rayados o doblados). Héctor amablemente me solucionó el problemas tratándome constantemente como el cliente que deja su dinero en la sucursal, sin poner mala cara en ningún momento y siempre sonriendo, a diferencia de la primera chica que me atendió y se sacó el problema de encima delegándoselo a Héctor”.
Marcelo Fabián Álvarez: “He escuchado y leído sobre quejas en la atención de los empleados del Easy que no responden a la leyenda impresa sobre la espalda de sus remeras:`Estamos para ayudarlo´, inclusive lo he vivido cada vez que he ido a la sucursal del Chateau, pero el sábado próximo pasado fui a la sucursal que está sobre Circunvalación de Juan B. Justo y me sorprendí gratamente por la atención recibida por un empleado que realmente cumplió con la consigna y se puso enteramente a mi disposición. Compré unos sillones de jardín, los hice abrir para verificar que las tablas del asiento estuvieran, y Héctor Delgado -la persona que me atendió- no tuvo ningún problema en buscar un producto que estuviera aceptable (pues al ser producidos en serie, suelen venir astillados, fuera de cuadro, rayados o doblados). Héctor amablemente me solucionó el problemas tratándome constantemente como el cliente que deja su dinero en la sucursal, sin poner mala cara en ningún momento y siempre sonriendo, a diferencia de la primera chica que me atendió y se sacó el problema de encima delegándoselo a Héctor”.