En Pozo del Molle, un joven emprendedor está dando pasos significativos en la lucha contra la campilobacteriosis, una enfermedad que afecta la salud humana y la industria avícola, ocasionando pérdidas millonarias.
Se trata de Jeremías Conrero (25), recibido de Técnico Superior en Mecatrónica en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). Junto a Uriel Miralles (23), estudiante de biotecnología de la Universidad de San Luis, están desarrollando una vacuna oral para tratar la campilobacteriosis, una enfermedad creciente en los pollos.
La vacuna que están desarrollando podría revolucionar la forma en la que se aborda esta enfermedad (que afecta a 500 millones de aves anualmente en el mundo), proporcionando una solución más efectiva y sostenible en el tiempo. Y esto no es todo.
Lo más emocionante es que el proyecto fue el único de América latina seleccionado para representar al país en el mundial de biotecnología que se realizará en noviembre en Francia. Se trata del evento más importante en el mundo de la biología sintética. Habrá representantes de más de 60 países, unos 8 mil espectadores, 2400 investigadores y 400 inversores. Además contará con la presencia del presidente de Francia, Emmanuel Macron.
Sin embargo, para poder hacer realidad este sueño y llevar su investigación al escenario internacional, necesitan apoyo económico. Por eso están buscando patrocinadores o donantes dispuestos a respaldar su participación en este prestigioso evento.
Por contactos pueden escribir a urielmiralles@biospi.tech o jeremiasconrero@biospi.tech
Desarrollo
“El desarrollo aún está en estadio temprano. La vacuna oral la diseñamos a partir de spirulina. Lo que hacemos es expresar proteínas de interés en spirulina para que esta vacuna oral tenga su efecto. Lo que hace la spurulina es bioencapsular la proteína para que la vacuna pueda ser consumida oralmente”, explica Uriel Miralles.
La idea es crear una vacuna oral de triple impacto para ser administrada en aves de granja. Así lograrían cortar con la transmisión entre los pollos y los humanos, alimentar de forma eficiente a los animales y reducir el impacto ambiental generado por el dióxido de carbono.
Jeremías y Uriel representan un ejemplo inspirador de la innovación en el país. Su trabajo podría tener un impacto duradero en la industria agrícola y la salud pública a nivel global.
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