Lo dijo la ciencia: los dulces alegran la vida. “Hacen que nuestro cerebro secrete serotonina y endorfinas, que nos producen sensación de bienestar”. Así que si aún no probó los productos de Dolce Notte, bien podría hacerse ese favor. Y, si no quiere ir a buscarlos, no se preocupe, ellos se los llevan a su casa.
Dolce Notte no inventó los postres, ni los chocolates, ni el delivery, pero sí se convirtió en el primero en la región en ofrecer el servicio puerta a puerta de estos productos.
“Apostamos a los clientes que no planifican el postre. Nuestros clientes son aquellos que después de almorzar o cenar se antojan con algo dulce y no lo tienen. Pintan ganas de comer, no tienen, nos llaman”, dice Federico Cánovas, dueño junto a su pareja de Dolce Notte, la fábrica de postres y chocolates radicada en la ciudad de Río Segundo.
A pesar de los temores, ellos se jugaron a tener listo los productos. No trabajan a pedido. “Al principio tuvimos miedo de quedarnos con los productos, pero como tantos otros miedos, eso no ocurrió”, dice Federico.
Nacidos en 2019, aseguran que desde el inicio les fue bien. Pero hubo un antes y un después: la pandemia. “En pandemia explotamos. Las ventas se multiplicaron exponencialmente. A veces no llegábamos a cubrir toda la demanda. Eso nos exigió reorganizarnos”, dice el dueño de Dolce Notte.
Tan alta fue la demanda, que en ese tiempo llegaron a tener entre cinco y seis personas haciendo el delivery simultáneamente. Nada raro: chocolates y postres que viajan en moto.
Postres y algo más
A la gran variedad de postres le sumaron primero huevos de pascuas. Y otra vez la experiencia fue exitosa. Eso los llevó a trabajar con otras variedades de chocolates.
Comenzaron con tabletas, bombones y alfajores Oreo, que también distribuían en comercios de la zona.
Hoy ofrecen de todo: Toblerone maní, marroc, alfajores y Toblerone de nuez, Nutella o Kinder, entre otras delicias
El gran boom: las ferias
Aunque con desconfianza, y hasta con temor de no llegar a pagar el stand, participaron de una feria. El debut fue en la Fiesta de la Peperina, en Alta Gracia.
Y lo que ocurrió los dejó asombrados. Pasaron del miedo a no llegar a pagar el stand a quedarse sin mercadería.
Federico lo cuenta así: “Hicimos un montón de huevos de pascuas, con el temor de no venderlos. Solo el primer día de la feria vendimos la mitad de todo lo que habíamos producido. Entonces tuvimos que volver a producir y también sumamos otros chocolates. Aun así, nos quedamos sin mercadería”.
Por supuesto que esa experiencia los motivó a seguir participando de otras ferias. A la Peperina le siguió la Agroactiva, un mega evento vinculado al agro. Otra vez les fue bien. “Teníamos gente permanentemente en el stand. No teníamos tiempo ni de salir a fumar un cigarrillo. Fue impresionante”, recuerda Federico.
Después participaron de una fiesta en donde estaban las marcas más importantes de chocolates, en Buenos Aires. “Fuimos pensando en salvar los gastos y vendimos todo”, cuenta.
Tanto se entusiasmaron con esto, que hasta llegaron a pensar en dedicarse solo a las ferias, aunque finalmente decidieron seguir con el servicio de delivery.
Este año también lanzaron la producción de alfajores. Y están pensando en agrandar el salón. Dicen, confiados, que el techo aún está lejos.
Buscavidas
A sus 41 años, Federico Cánovas pasó por muchos trabajos. Hizo turismo estudiantil, trabajó en una empresa de telecomunicaciones, fue gerente en una super cadena de electrodomésticos, tuvo un call center, vendió ropa y durante 11 años se dedicó a la venta de celulares, hasta que se cansó y lo vendió.
“Aprendí mucho trabajando en relación de dependencia, pero siempre quise tener algo propio”, cuenta Federico para sintetizar cuál es el espíritu que lo mueve.
Y dice que después de emprender varias cosas se dio cuenta que no siempre tuvo paciencia. Según su experiencia, los frutos empiezan a verse después de varios años. “Dolce Notte lleva tres años. Y vamos por muchos más”, dice para cerrar.
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