La cocina de Walter Correa es una fusión de lo gourmet con productos locales, con lo que le provee la naturaleza. San José de la Dormida tuvo siempre un fuerte arraigo a las tradiciones pero en las últimas décadas toda esa cultura se comenzó a perder a un ritmo preocupante, a medida que más y más gente abandona el campo, con ellos se van las costumbres y la cocina.
Walter Correa, propietario de La Mansión.
“San José era una antigua posta de descanso sobre el Camino Real en el que los viajeros cambiaban sus mulas y dormían, por lo que lo llamaban La Dormida del Alto que luego sumó a su Santo Patrono en el nombre”.
Walter intenta desde sus fogones identificar aquellos productos locales, recetas antiguas, y volverlos a la mesa, en su versión original, si es posible. “Lo que más nos cuesta es que nuestra gente, el lugareño, valore esa tradición, esos sabores. Hoy parecería que la hamburguesa triunfó por sobre todo”, manifiesta Correa.
Uno de los platos más tradicionales de La Mansión es la carne a la bandeja, un clásico del Norte para las fiestas patronales: “Hoy es un plato de eventos, pero dejó de ser un plato hogareño, por lo que ya peligra su futuro”, agrega Walter.
Gracias a un trabajo en conjunto con Estancia Guayascate, un emprendimiento turístico de la zona, Walter pudo recuperar muchos de los ingredientes que nuestros ancestros originarios consumían, entre ellos el maíz, la quinoa y muchos otros alimentos que hoy se recuperaron para volverlos a la luz sobre nuestras mesas.
Como en cada ocasión que nos encontremos, reiteramos la invitación a sumarte, a seguirnos, a ser parte de esta movida que involucra a todos los cordobeses, porque todos #somosutuco.
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