Este fin de semana, el atractivo del Valle de Paravachasca fue sin dudas Despeñaderos que recibió la visita de cientos de turistas y cordobeses de la zona. El motivo fue divertirse, compartir y disfrutar de la maravillosa gastronomía italiana y la bebida estrella en la tercera edición del Festival del Vin Brulé.
“Quiero agradecer a todos los que nos convocamos hoy en este festival para homenajear a nuestros abuelos y abuelas, y a esas raíces tan profundas que nos ligan con aquellos primeros inmigrantes llegados a estas tierras, no sólo desde nuestra querida Italia. Nuestros tatarabuelos, bisabuelos y abuelos vinieron trayendo valores que aún hoy nos identifican y movilizan: la familia, el trabajo y el esfuerzo mancomunado”, sostuvo la intendenta de Despeñaderos Carolina Basualdo en el inicio del Festival.
Asimismo, desde el Comitato Degli Italiani All’Estero Córdoba, el Vicepresidente Ing. Rodolfo Borghese destacó: “participar con esta gran comunidad de Despeñaderos, para nosotros es muy importante porque nos permite recordar nuestras raíces, nuestra cultura y nuestras costumbres. Una actividad que es linda y típicamente italiana. Gracias por invitarnos y apoyarnos en nuestra misión que es difundir la cultura italiana.”
Hubo espectáculos de danzas con el Ballet Municipal Puente del Sol y el conjunto caroyense de danzas italianas Alegrie, música en vivo del grupo The Covertores, la presentación estelar del dúo lírico compuesto por María Mercedes González Sabattini (soprano) y Lautaro Raúl Mule (tenor) que se llevaron todos los aplausos, y lo mejor del cancionero italiano de la artista local Julia Díaz.
Las demostraciones culinarias de pizza napolitana, a cargo del maestro Pizzaiolo Cristian Beccacece y de piadinas de La Provisión, dieron un marco excepcional para agasajar las viejas tradiciones gastronómicas italianas. A las que se sumó lo mejor de la pastelería de aquel país, con las recetas propuestas por Pía Massa. También hubo sándwiches de cerdo, tabla de fiambres, postres y stands de bebidas.
La tarde cerró con la ya infaltable exhibición de motos Vespa, una concurrida feria de emprendedores y un balance de 75 litros de Vin Brulé elaborados por manos expertas de algunas descendientes nacidas en Despeñaderos.
Vin Brulé y espíritu festivo
Como no podía ser de otra manera, el Festival del Vin Brulé contó con la presencia de un reconocido grupo de sommeliers de la provincia de Córdoba, que realizó una cata de vinos a ciegas para quienes se acercaron a vivir la experiencia y tuvo a Matias Ontiveros como Sommelier Embajador.
“Disfruto mucho de esta fiesta que rememora las costumbres, que reúne a la familia y a la comunidad; haber sido nombrado embajador del festival del Vin Brule en esta tercera edición me ha hecho sentir muy honrado en mi profesión de Sommelier”, concluyó Ontiveros al ser consultado.
El Vin Brulé, o vino caliente, evoca una receta milenaria de la Antigua Roma, cuando sus habitantes se ayudaban a afrontar los días más fríos con esta bebida cálida y tonificante.
En su preparación, el Vin Brulé contiene varias fórmulas, pero una de las más populares es el vino con gotitas de limón, clavo de olor, dos o tres cucharadas de azúcar por litro de vino. Solo hay que hervir la preparación al fuego, quemando su alcohol para, posteriormente, servir caliente y disfrutar la tradición.
Una propuesta impostergable, con la que los/as vecinos de Despeñaderos capturaron el espíritu heredado de los inmigrantes que siguieron sus costumbres en nuestras tierras y mantuvieron vivas sus tradiciones gastronómicas y festivas.
Como sus dos ediciones anteriores, la propuesta fue organizada por la Municipalidad de Despeñaderos a la que acompañaron la Agencia Córdoba Turismo y la Agencia Córdoba Cultura del Gobierno de la Provincia de Córdoba y el Comitato Degli Italiani All’Estero Córdoba.
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