El primero en ingresar a nuestro mercado fue el Ford Mustang Mach 1. La edición especial del poderoso Pony car del óvalo se encargó de ofrecer mayor performance, pero conservando el ADN de la línea Mustang intacto.
Equipado con un motor V8 de cinco litros que eroga una potencia máxima de 475CV a 7.250 rpm y un torque máximo de 569 NM a 4.900 rpm, el Mach 1 se destaca además de por una mejorada entrega de potencia y mejoras en los frenos y las suspensiones, con un diseño mucho más intimidante, gracias a sus detalles específicos.
Se destacan los calcos exteriores, como así también un kit de carrocería exclusivo compuestos por spoilers y alerón trasero que realzan la deportividad del conjunto. Sin embargo, por el revuelo que causó su llegada, sumado a una política de la marca bastante intimidante, Toyota no se quiso quedar atrás con el GR Yaris.
Presentado a mitad de año, la versión más potente del Yaris llamó poderosamente la atención de propios y extraños. El compacto japonés con carrocería de tres puertas está equipado con un motor de tres cilindros en línea y 1.6 litros, siendo capaz de alcanzar los 261 caballos de fuerza.
Además de contar con una transmisión manual de seis velocidades, el Toyota GR Yaris dispone de tracción integral, que lo convierten en una interesante opción dentro del mercado, con una incipiente relación al mundo del rally.
Por último, otras de las joyas que fue presentada durante este mismo año fue el BMW Serie 4 Coupé. Se trata de una nueva generación de la coupé de tamaño mediano-grande, que como mayor diferencial estrena un controvertido diseño frontal, que no pasa para nada desapercibido.
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