Con un color rojo fuego, con todas sus curvas y líneas intactas, este Chevy se muestra imponente y vigente. No parece que su edad está cercana a las cinco décadas.
Esta máquina estuvo toda su vida en Palmira y apenas si fue rodado por 7885 kilómetros reales por el Este de Mendoza. Luego las circunstancias y el destino lo confinarían en un garaje que con el tiempo se convirtió en living y ahí quedó, sin rodar y cuidado por dos señoras que lo heredaron sin saber de esta joya, que hoy sale a la luz.
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