“Somos diseñadoras, y abordamos nuestros procesos desde el entendimiento de que cualquier producto que nazca, debe cumplir requisitos que fundamenten su existencia desde un lugar superador. Nos acercamos a esta visión restauradora y regenerativa ofreciendo lanas naturales biodegradables, naturales y con impacto positivo en el ambiente”, explica Meli Bacaloni, creadora y socia de la marca junto a Martina Carrara.
La idea es darle a cada pieza sentido, desarrollando objetos necesarios con un proceso industrial de baja complejidad y trabajando desde el buen diseño y el diseño circular, como una forma de optimizar los recursos de nuestra región.
“A raíz del encuentro con el establecimiento 4 Reinas –que cría ovejas en un sistema que captura carbono y regenera el suelo– y la lana de sus ovejas, montamos un estudio de diseño enfocado en trabajar en lanas finas, apoyándonos en nuestra formación como diseñadoras de indumentaria, sumado al aporte de un grupo de artesanas peruanas residentes del Barrio Arguello Lourdes”, cuenta la diseñadora.
El proceso de producción surge de un abordaje inteligente en términos de utilización de materiales. Cada elemento de nuestros productos, desde la materia prima hasta el pack, ha sido pensado bajo la premisa de que todo sale del suelo y debe volver a él. “Co-diseñamos nuestros hilados junto a productores que con su actividad promueven el resguardo de la biodiversidad, el bienestar animal, la regeneración del suelo, la agroecología, la producción orgánica y un impacto social ambiental positivo con el ambiente", detalla Meli.
Trabajan potenciando la cadena de valor para mejorar cada vez más. Realizan un trabajo de curación que asegura un recorrido y selección de con qué, quiénes y cómo trabajar. “Queremos ser la opción que elegimos en otros rubros como la alimentación, donde cada vez hay más opciones que pueden dar fe de los orígenes y calidades de la oferta”, agrega Meli. Tienen certificaciones orgánicas de la lana merino nativa, Wildlife friendly, Letis y RWS en distintas partes del proceso.
Fibras regenerativas, trazables y circulares
Hilas nace con el propósito de crear un sistema regional de fibras regenerativas honrando los recursos de la geografía argentina. Desarrollan hilados industriales, en rueca y a mano, trazables para la industria textil, con un grupo de artesanas de Perú radicadas en Córdoba.
“Decidimos trabajar de la mano de referentes de la industria con años de experiencia, y de la mano de las mujeres hilanderas”, cuenta la emprendedora textil. También colaboran con la maestra tintórea Luciana Luna de Jaro Estudio Textil. “Con ella desarrollamos una carta de color exclusiva, y teñimos los blends a demanda de cada cliente”, precisa Meli.
Hay diversos tipos de lanas orgánicas. Veamos ejemplos: una lana merino y mohair medio cuesta $ 5.208 por 200 gramos y una lana flama artesanal natural (hilada a mano) $ 2.639 por 100 gramos.
La idea es recuperar lanas gruesas, un subproducto de la producción ovina con fines carniceros. Las diseñadoras brindan una solución circular y agregan valor a esta materia prima que abunda y no tiene ingreso en el mercado textil, desde dos unidades de negocio diferentes.
Los hilados Hilas se comercializan de forma directa, por redes @holahilas y a través de la tienda online, y de BioCool.
También elaboran aislantes térmicos y acústicos 100% de lana natural como alternativa de aislación para la construcción.
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