Para quienes escuchamos el discurso del próximo gobernador de Córdoba, José Manuel De la Sota, al ganar las elecciones del 7 de agosto, la sensación que nos dejó el lanzamiento del “cordobesismo” era que se trataba de algo a largo plazo. El Gallego lo lanzó casi como un desafío a la Casa Rosada y en sus palabras parecía verse el deseo de que el “cordobesismo” se convirtiera en algo grande. “El cordobesismo va más allá de un simple concepto, de alguna manera tiene que ver con la necesidad de reivindicar la posición de las provincias frente al poder central”, dicen en el entorno de De la Sota.
Dicen que el “cordobesismo” no murió, sólo se tomó un respiro
Como un jugador de fútbol que para la pelota para analizar el partido y definir su próxima jugada, el gobernador electo de Córdoba, José Manuel De la Sota, puso en pausa al "cordobesismo", concepto que lanzó minutos después ganar las elecciones del 7 de agosto como un mensaje de distancia y desafío hacia el gobierno nacional. Lo hizo bajando la lista de Diputados del PJ cordobés y dejándole el camino libre a la del Frente para la Victoria. La jugada, que para muchos fue interpretada como el fin del “cordobesismo”, no es otra cosa que un impasse. “No es el fin, sino una adaptación de la estrategia del peronismo cordobés en función de la lectura del escenario político nacional que nos dejó las elecciones primarias”, dicen en el círculo íntimo del mandatario electo. Así las cosas, al parecer, lejos de llegar a su fin, el “cordobesismo” llegó para quedarse; quienes conocen de cerca a De la Sota así lo entienden. Habrá que esperar la próxima jugada.
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