La integración es el vector del proyecto que guía la iluminación, los objetos, los colores, las texturas y el mobiliario, que son los primeros aliados, proveen funcionalidad y estilo a los subsistemas que se generan.
Veamos cómo se resolvió en los departamentos de los edificios “Cardinales”, uno ubicado en Río Cuarto, el otro en la capital cordobesa.
Cardinales Río Cuarto, representa una geografía particular, otro ritmo urbano, otra idiosincrasia y refleja a través de una gama cromática la naturaleza circundante. Fruto de esta elección surge el sillón de pana beige, los tambores de cuero de potro, alfombras de cuero y fieltro que se fusionan con la mesa de vidrio, luminarias y sillas de cuero blanco y patas cromadas componiendo así un espacio que alberga el estar, el comedor, escritorio y cocina.
El hall que distribuye los espacios anticipa la puesta en escena que guardan los dormitorios: el principal en verde y papel vinílico, equipado con muebles en caoba. El otro, es ultra moderno, con mucha personalidad.
El modelo de “Alto Panorama” instalado en Córdoba Capital integra estar, comedor, escritorio y cocina de manera equilibrada.
A partir de un sillón turquesa se desarrolla la paleta de colores que integra el blanco, el marrón, el gris y toques de anaranjado en objetos de iluminación y elementos decorativos. En cada área se destacó un objeto: la silla Tulip en el escritorio, las piezas de madera lustrada (nogal) y alfombras en el estar, cuyo protagonismo se acentuó con un buen programa de iluminación, ítem fundamental para ganar sensaciones y crear atmósferas diferentes en cada ámbito.
La suite por su parte, se empapeló con atrevidos diseños en blanco y negro, que armonizan con el respaldo del somier y la banqueta cilindro tapizados en pana color visón.
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