El impacto económico de esta innovadora iniciativa está vinculado con su objetivo y es el de brindar una fuente de trabajo a sus integrantes. La promoción del empleo verde es uno de sus ejes y actualmente trabajan en el proyecto cinco personas.
“Desde el material que usamos, el tipo de uso que fomentamos y en el servicio posterior de reparación, ayudamos a evitar que cientos de kilogramos de vidrio vayan a un relleno sanitario y en su lugar se conviertan en botellas”, explica Martín Valese, socio fundador de LiveSlow.
Cabe señalar que el vidrio es material proveniente de frascos y botellas que recolectan los recuperadores urbanos de la ciudad de Buenos Aires. En la tienda virtual los productos que comercializan son principalmente botellas, además de remerones y champús sólidos.
Además de las botellas, comercializan fundas de siliconas que cuestan $ 6.400. En el caso de un Holder Upcycling más la botella de 450 mililitros, sale $ 18.650. Un remerón “Make Love”, sale $ 23.800 y también comercializan champús sólidos a $ 2.350.
En este emprendimiento de triple impacto, el 100% de la producción es local, hecha en nuestro país. Los productos son 100% reutilizables y biodegradables hechos con vidrio más silicona BPA Free. Además, tienen una garantía de seis meses, si se rompe el vidrio o la tapa, la empresa te brinda los repuestos.
LiveSlow es una empresa B certificada por su propuesta de negocio circular y es la única fabricada en Argentina sin BPA. “Hoy somos los únicos fabricantes de botellas reutilizables en Argentina”, agregó Valese.
En relación al impacto en la huella de carbono de este emprendimiento circular, hace dos años decidieron nacionalizar toda la producción para evitar la generación de CO2 que implica traer botellas de China.
En cuanto a los desafíos para 2024, tratan de relanzar el modelo más grande de la botella y empezar a desarrollar canales mayoristas dado que hoy el foco es principalmente ventas online y corporativas.
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