“Pre-pagas” que venden espejitos de colores.
La práctica de montar “pre-pagas que no cobran cuota mensual” se comercializa desde hace varias décadas y es tan simple que asusta: se visita un grupo de prestadores, se acuerdan con ellos los aranceles por cada una de las prestaciones, luego se le agrega un porcentaje (ganancia), se hacen los folletos, se toman vendedores y se sale a comercializar. El beneficiario paga de contado por todo lo que consume en las oficinas de la empresa o, en algunos casos, en el prestador. O sea que lo único que adquirió es un nomenclador de precios a abonar de contado en un listado determinado de prestadores.
Todo bien, mientras no tengamos una cirugía de algún tipo en donde el flujo de fondos del beneficiario se acaba y termina concurriendo a un hospital público.
Generalmente los que se asocian a estos planes son los que no tienen coberturas de seguridad social o de prepagas y creen en la venta de espejitos.
En un mercado chico, como Córdoba, una empresa que llegue a tener 20.000 beneficiarios con 6 meses de antigüedad, haría un ruido impresionante, sin necesidad de promocionarse con artículos periodísticos. (Por Carlos E. Vidal Suárez).
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