La espera fue larga para la prensa y los pocos invitados, pero el acto fue breve.
Gonzalo Igarzabal (presidente de Nissan Argentina), resaltó lo que tenía que resaltar: la inversión ya ejecutada, la próxima exportación de la Frontier a nuevos mercados (Chile y Colombia) y el segundo turno de producción que incorporará -de a poco- 550 empleados en Córdoba.
El “gringo” Schiaretti puso énfasis en rescatar que el mejor plan social es un buen trabajo y reivindicó el apoyo que el gobierno de Córdoba realiza para ampliar el empleo (y no para contener el desempleo).
El presidente Fernández coincidió en esto con el gobernador, se lamentó del gobierno de Macri una vez más y dejó una señal clara e importante: está sobre el candente tema de la falta de dólares para autopartistas que preocupa a toda la cadena de valor.
Todo muy formal, cordial y serio, sin guiños cómplices entre los actores políticos, pero también sin chicanas ni estridencias.
Nissan hizo el acto formal de lanzamiento industrial de la nueva Frontier, estuvo el gobernador de la provincia donde se produce y el presidente del país que la contiene. Protocolar y sin ruidos. A seguir produciendo.
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