De lo que se trata es de mejorar y potenciar sus condiciones laborales al electrificar su medio de transporte. “De esta manera se les permite aumentar la cantidad de pedidos entregados hasta en un 60% igualando a la que haría con una moto pero con menor esfuerzo físico”, cuenta Lautaro en diálogo con InfoNegocios.
La transformación de la bicicleta tradicional en una eléctrica se realiza mediante la instalación de un dispositivo que solo requiere reemplazar la rueda delantera de la bicicleta que provee un kit que contiene el motor eléctrico, además de su batería y un controlador.
Para realizar el proceso de conversión el usuario deberá adquirir el producto que tiene un costo de US$ 600. La instalación es simple, por lo que puede hacerla él mismo, de esta manera la instalación no implicaría ningún gasto adicional.
Desde el punto de vista ambiental la innovadora propuesta ofrece al mercado una alternativa a la movilidad más elegida por los repartidores: la moto.
La ventaja principal es que la bicicleta eléctrica no consume combustibles fósiles, por lo que no libera gases contaminantes a la atmósfera. Otra de las ventajas es que su mantenimiento es más sencillo, económico y no requiere carnet de conducir para utilizarla.
“Estas ventajas lo hacen una opción más accesible y conveniente, sobre todo para repartidores extranjeros a los que se les hace difícil acceder a una motocicleta”, agrega Matías.
Autonomía y versatilidad. La batería produce una autonomía de unos 50 kilómetros, aunque varía según varios factores como el peso del usuario, el viento a favor o en contra, el rodado de la bicicleta o el desnivel del terreno. Es decir que en dos jornadas diarias de 4 horas se pueden entregar unos 30 pedidos. En cuanto a su vida útil, se pueden recorrer hasta 60.000 kilómetros. El tiempo de recarga de la batería de 0% a 100% es de 4 horas.
La tecnología es en un 40% nacional y el resto es importado principalmente de China, pues todavía no existen fabricantes nacionales de los insumos requeridos. “Sin embargo, contamos con stock de todas las piezas e insumos y esto nos permite brindar un buen servicio post-venta”, aclara Lautaro.
Actualmente el modelo de negocios que tienen es B2B2C. Tienen un acuerdo de partnership con Nippy, una startup que ofrece beneficios a trabajadores independientes, y que promueve el uso de bicicletas eléctricas para potenciar las condiciones laborales de los repartidores.
Cabe señalar que en otros países más desarrollados ya tienen incorporado en su cultura la movilidad eléctrica, por lo que ya existen empresas que ofrecen estos productos.
De hecho en Argentina estuvo el antecedente de Giflybike, una empresa que desarrolló una bicicleta eléctrica completa y llegó hasta el mercado estadounidense, pero lamentablemente tuvo que cerrar. “En nuestro caso nos diferenciamos en que nuestro objetivo final es ayudar a mejorar las condiciones laborales de los repartidores potenciando su herramienta de trabajo (la bicicleta)”, consideran los emprendedores.
“Nuestro principal desafío este año es concretar acuerdos de partnership con empresas de delivery para captar más usuarios y poder tomar mediciones más precisas sobre nuestros hitos”, finalizó Lautaro.
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