A días de que se hayan cumplido dos meses del cierre de exportaciones de carne vacuna que dispuso el Gobierno en búsqueda de "el normal abastecimiento, a precios razonables", según describía la norma, hay mayor evidencia tanto de los perjuicios del cepo, como de la falta de cumplimiento de los objetivos planteados.
"Sus precios han experimentado un alza sostenida, producto de la creciente demanda de dichos productos, principalmente por parte de los mercados asiáticos", sostenía la Resolución 75/2021 con la que el Poder Ejecutivo oficializó la medida. Por lo que, la hipótesis del Gobierno era que el mayor volumen exportado era la causa de la suba de los precios internos, y esperaba que al haber mayor oferta en el mercado doméstico bajarían los precios en las carnicerías.
"Hasta el momento ese ajuste por precio no se está dando", señaló el último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). El informe de precios mensual del Instituto de Promoción de Carne Vacuna Argentina (IPCVA), muestra que en mayo el valor promedio de los cortes de carne vacuna se apreció un 6,1% y en junio, con plena aplicación del cepo, subió otro 7,7% mensual.
Los mayores aumentos fueron en carnicerías que atienden a niveles socioeconómicos medio (+8,9%) y bajo (+7,4%). En los puntos que atienden en barrios de nivel socioeconómico alto, los incrementos resultaron más moderados (+5,2%), respecto a mayo.
"Comparado con otras carnes cuyos mercados no han sido intervenidos, la carne vacuna no solo no ha bajado sino que, incluso, ha perdido competitividad. En los últimos dos meses, el precio promedio de los 24 cortes vacunos relevados por el IPCVA pasó de valer $630,03 a $719,49, es decir sufrió un aumento del 14,2% mientras que el pechito de cerdo y el pollo, sin ningún tipo de intervención en sus mercados, aumentaron un 2% y un 5%, respectivamente", detalló el informe del Rosgan de la BCR.
En contraposición, la hacienda en pie tuvo una significativa pérdida de valor real. El precio de la mayoría de las categorías en Liniers bajó. Específicamente, los novillitos y vaquillonas que se consumen en el mercado interno tuvieron incrementos de entre 3% y 4% y, las que se destinaban a China una caída del 13%.
Los números muestran que el 'abastecimiento' en el mercado interno no se incrementó. "La hacienda que pensaba derivarse de la exportación al mercado interno hoy, a estos valores, cuesta verla reflejada en la oferta. En los últimos dos meses, la faena de vacas cayó un 30% respecto de igual período del año pasado, perdiendo unas 160.000 vacas en la línea de producción", concluyó la BCR.
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