En medio de la crisis política desatada ayer tras la presentación de renuncias en cadena de varios funcionarios del Gobierno, ingresó al Congreso minutos antes de la medianoche el Presupuesto 2022. El mismo contempla una inflación de 33% para el año entrante y un crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) del 4%.
El ministro revisó las cifras de 2021 también y anotó un 8% de suba del PBI, una cifra que ya había anticipado ante empresarios, mientras que para los precios sinceró una suba del 45,1%, en línea con las estimaciones privadas de inflación.
La meta que había fijado el año pasado en el Presupuesto para el IPC había sido del 29%, una cifra que los precios alcanzaron en julio. El Gobierno intentó alinear expectativas en esa línea con gremios y empresas que hoy revisan paritarias y presupuestos en torno al 45%.
Los economistas anticiparon una suba del 2,6% para el PBI el año próximo, por lo que la cifra oficial parece optimista. Incluso el FMI marcó un crecimiento del 2,7% para la Argentina.
En medio de las diferencias con el ala que reclama más estímulos para la economía y "plata en los bolsillos", el Presupuesto que tensionó la interna presenta un déficit primario del 3,3% contra el 4% del PBI que prevé para el cierre del año. El ministro había anticipado que iba a ser menor, en línea con lo que propone el FMI, que da cierto margen para gasto social pero recomendó reformas estructurales y salida paulatina del cepo.
En la primera parte del 2021 el déficit cerró en 0,7% con las restricciones de gasto que impuso Guzmán tras el Gasto Covid del 2020 y que son uno de los ejes que cuestiona el ala kirchnerista. Los economistas sostienen que tiene cierto margen para acelerar pero el riesgo es el impacto en emisión monetaria. La meta prevista de rojo primario anterior para este año era de 4,2%.
Al mismo tiempo proyecta un aumento del 4,6% del consumo privado y del 3,1% para el consumo público. Por el lado de la inversión, se presupone una suba del 6,6% contra el 31,3% anotado para este año. La obra pública crecerá un 2,5% según los datos que había anticipado el gobierno antes del envío al Congreso.
Por otro lado, el tipo de cambio se estima en 131,1 pesos por dólar, mientras que el saldo de la balanza comercial se prevé en u$s 9000 millones. Para fin de este año el Gobierno pronostica un dólar a $ 102,40 a diciembre, por debajo de los $ 103 que ya marca el Banco Nación.
Pese a las restricciones cambiarias, el proyecto que envió Guzmán sobre el límite legal para su presentación estima que las importaciones crecerán un 9,4%, por arriba de las exportaciones, con una suba del 7,5%. Son tasas más moderadas que las de este año, para el que se prevé un cierre de 26,2% para las compras al exterior y del 12,2% para las ventas.
Con los números sobre la mesa, el ministro, quien ayer recibió el llamado de Cristina Fernández de Kirchner para hacerle saber que no estaba pidiendo su renuncia, deberá presentarse ante el Congreso donde comenzará a analizarse la propuesta. Más allá del acto formal, lo esperan la próxima semana en la Comisión de Presupuesto y Hacienda como es habitual.
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