Más allá de la quita progresiva del ancla salarial por la reapertura de paritarias y con movimientos alcistas en el dólar, la inflación de julio rondará el 3% de acuerdo a las proyecciones privadas. Así, la suba de precios se desaceleraría levemente respecto a junio que marcó un 3,2%, y en los primeros siete meses del año acumulará 29,16%. Como había sido anticipado por las consultoras, la pauta presupuestaria del Gobierno se agotó cinco meses antes de lo previsto.
Para lo que queda del año se espera cierta desaceleración de la inflación, exactamente de 2,8% en promedio mensual. Por eso, los ingresos reales de las familias en el segundo semestre empatarán o terminarán levemente por encima del avance de precios.
Sin embargo, los salarios reales en el promedio anual perderán por cuarto año consecutivo: "la caída promedio del salario privado registrado será de 3,6%", estimó para El Cronista Sebastían Menescaldi, director de la consultora Eco Go.
"Veo que en los meses previos a las elecciones podría haber una recuperación promedio de tres puntos del salario, hasta octubre. Después ya la inflación lo va a terminar licuando. Hay que tener en cuenta que esa recuperación será desde niveles muy bajos, por lo que hay que ver si: se siente en la calle, y si va a parar a consumo porque muchas familias están endeudadas", anticipó Guido Lorenzo, director de LCG.
La inflación para todo 2021 se ubicará entre el 48% y el 50%. El rubro más sensible continúa siendo Alimentos y Bebidas que aumentó 3,7% con respecto a junio según Eco Go. Vestimenta y Calzado también se ubicará por encima del IPC.
Hay consenso en que el mayor desafío del Gobierno en los próximos meses es controlar la brecha cambiaria porque de caso contrario comenzaría a incidir en los precios y no permitiría una desinflación más rápida de la economía.
"La mayoría de las reaperturas de paritarias se están haciendo por encima del 40%, pero la inflación va a terminar siendo del 50% interanual, no va a alcanzar. Además, no todos los gremios van a poder cerrar arriba del 40%. Hay sectores en los que siguen complicados como el sector de servicios y, por otra parte, el nivel de los ingresos de los argentinos en su mayoría no es representativo el asalariado registrado sino que el autónomo, el monotributista y el informal, tienen mucho más preponderancia respecto del resto y ahí no hay paritaria, no hay recuperación del ingreso", explicó Damián Di Pace de Focus Market.
El Gobierno sin poder festejar una baja de la inflación, apuesta a una desaceleración de la mano de la recuperación del salario y aumento del consumo. Por eso, una de las claves será si la reapertura de paritarias, la suma del salario mínimo vital y móvil, la Asignación Universal por Hijo (AUH) y las jubilaciones, aumentan el consumo y, por ende, la actividad económica.
Matías Rajnerman, jefe de Ecolatina, en línea con DiPace, dudó que vaya a ser así: "Los salarios que se recuperan son los de la parte más alta de la pirámide. Hay que ver cuánto de eso se traslada a las ventas porque hay muchas familias que en un contexto de incertidumbre van a elegir ahorrar".
La pérdida de empleo que generó la pandemia en los asalariados registrados afectará a la dinámica del consumo. Muchas personas que pasaron directamente a la informalidad o a la precariedad laboral. De acuerdo al último informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) sólo en el sector de actividad comercial se perdieron 30.264 puestos de trabajo, lo que significa un 2,6% del total del empleo en comercio. La peor parte fue en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con una caída del 4%.
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