Con el objetivo de rivalizar con el popular Citroën 2CV, en 1956 Pierre Dreyfus, por entonces presidente de Renault, consideró que era propicio lanzar un nuevo modelo económico, debido a una alta tasa de natalidad que por entonces se efectuaba en Francia.
Eso conllevó a que ordene el desarrollo de un nuevo modelo económico para la marca. Seis años más tarde el resultado fue el Renault 4, que contaba con un concepto de diseño revolucionario para la época. Disponía de una carrocería prácticamente familiar, pero con un tamaño reducido y un concepto básico de fabricación, aunque no tan al extremo como el del 2CV.
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