Las marcas exclusivas que cambian de dueño, ¿pierden encanto?

(Por José Manuel Ortega) En los últimos años las adquisiciones y fusiones han estado a la orden del día, con muchos casos exitosos como Dacia/Renault, Volkswagen/Skoda y otros. Pero cuando se trata de marcas exclusivas, ¿qué ocurre?

Actualmente, nadie se sorprenderá –seguramente- al escuchar acerca de una nueva adquisición en la industria automotriz. No hace mucho, el CEO de Fiat expresó: “Solo algunas pocas marcas sobrevivirán, las que tengan una gran escala mundial”.
Hay casos notables, dignos de análisis, como el de Volkswagen. Comenzó tímidamente con el mítico escarabajo y poco a poco fue creciendo, incorporando Audi, Seat, Skoda, Lamborghini, Bugatti, Bentley y próximamente Porsche, conformando uno de los conglomerados industriales más grandes e importantes del mundo. ¿Sus marcas –disímiles- conservan cierta identidad o tienen el sello VW en la frente?.
En el caso de las menos exclusivas Seat y Skoda, comparten plataformas, mecánicas y estéticas con otros modelos VW y viceversa, y esto es inevitable, porque justamente es la causa por la cual se producen estas adquisiciones. De todos modos –creo- VW ha sabido mantener cierta autenticidad en cada marca. Probablemente un Lamborghini Muerciélago (foto 1) sea menos radical que el Countach (foto 2) en su momento, pero no dejar de ser un toro italiano. Si analizamos el Bentley Continental (foto 3) vemos que toma distancia de aquellos Arnage (foto 4) pero a fuerza de modernidad y dinámica en sus líneas mantiene el pedigree inglés.
Otro caso digno de mención es el de Fiat, que hoy cuenta en su porfolio de marcas con Ferrari, Lancia, Alfa Romeo, Maserati, pero nadie puede decir que una Ferrari 575 (foto 5) sea un Fiat un poco más caro. Salvo Lancia que navega por la incertidumbre, con productos modernos como el Delta (foto 6), pero carentes de identidad, Alfa Romeo mantiene su magia intacta –aun habiendo perdido parte de su burguesía- y ni hablar de los míticos Maserati.
Renault fue sumamente exitoso en la compra y reconversión de Dacia y Nissan. Dos automotrices distintas pero que ganaron a partir de la gestión francesa. Justamente, modernizó y mejoró a Dacia, pero manteniendo el perfil de autos económicos y si bien comparte plataformas y hasta fábricas con Nissan, salvo algunos casos puntuales como el Nissan Platina mejicano (foto 7) conserva independientes sus características.
Ford contó hasta no hace mucho con Aston Martin, Volvo y Jaguar entre otros. Creo que en este caso la experiencia no fue exitosa y de hecho no conserva ninguna de las 3 marcas. Destaco, sin embargo, el trabajo realizado en Aston Martin, no tanto en Volvo y poco en Jaguar. El Jaguar X Type (foto 8) era casi un Mondeo con logo inglés.
Tampoco le fue muy bien a General Motors. Acumuló Oldsmobile (ya desaparecida), Hummer, vendida, Opel, también vendida, Saab que tiene casi cerrada su venta a Koenigsseg, y varias marcas más. Como consecuencia de su enorme reestructuración, GM solo quedará con algunas pocas.
La industria y su modelo de gestión han cambiado, y mientras las marcas sepan conservar su identidad, adaptándose a los nuevos tiempos, no importa mucho quien tiene las acciones. ¿No?

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