Seguramente todos recordamos nuestro primer teléfono con cámara y nuestros -infructuosos- intentos por querer sacar buenas fotos con ese sensor tan pequeño que con suerte llegaba a calidad VGA, algo impensado en los estándares de hoy.
Con el tiempo, la tecnología avanzó a pasos agigantados y cuando menos nos dimos cuenta ya teníamos en nuestras manos telefonos que poco tenían que envidiar a una cámara digital.
Así que no temáis, hoy les traemos una guía muy útil sobre cómo sacar buenas fotografías:
Usar la cuadrícula
Para quienes no lo sabían, esta función está basada en la regla de los tercios y existe para un correcto encuadre de la fotografía. Este tipo de guías sirven para ayudar a cuadrar la imagen de manera correcta. Esta función la traen todos los smartphones de hoy en día y es sumamente sencilla de activar:
Para usuarios Android: solo basta con buscar un icono similar a una especie de rejilla/reja/cuadriculada dentro de los iconos que nos aparecen en la app para poder activar la cuadrícula. A lo sumo, en algunas apps nos darán a elegir diferentes tipos (la más común es la de 3:3).
Si usas iOS: Acá son un poco más de toques, basta con ir a Ajustes>Cámara>Cuadrícula y activar dicha opción. Al volver a la app de cámara podremos ver que ya están las guías esperándonos para sacar fotos geniales.
Buscar siempre una base de soporte
Este consejo es sumamente importante para aquellas personas de poco pulso y también para las que gozan de uno muy bueno, ya que en situaciones de poca luz, el teléfono trabaja más el sensor para captar mayor cantidad, cosa que nuestro pulso -por más bueno que sea- le termina dificultando más el trabajo. Para evitar esto, es recomendable tener a mano algún trípode o soporte para el teléfono o recurrir a métodos más “rústicos” como una pared, una mesa o cualquier superficie que brinde un ángulo bueno y estable para retratar.
Control del enfoque y exposición
Ya sea que tengamos iOS o Android, estas funciones vienen incorporadas en casi todos los teléfonos actuales, sobre todo en los de gama media en adelante, que la gran mayoría cuenta con el modo “Pro”, donde nos permitirá editar varios aspectos de la imagen como la exposición, enfoque, balance de blancos, etc.
Controlar la exposición es muy importante para diversas situaciones, ya sea para evitar sobreexponer una foto en lugares de mucha luz (quemar la foto) o para realzar de brillo en condiciones de poca luz.
Ya sea que uses un iPhone o un Android, tocando en cualquier parte de la pantalla podrás cambiar el lugar donde se centra el enfoque de la foto. Esto también cambiará el nivel de exposición para que sea acorde al lugar que apuntaste, por lo que es una manera bastante útil de iluminar una zona oscura (u oscurecer una muy brillante).
Quienes tengan iPhone o los últimos teléfonos con Android incluso pueden mantener presionado para bloquear los cambios en el enfoque y la exposición, para que así se mantenga fijo incluso si el teléfono se mueve. También pueden mantener presionado y deslizar el dedo hacia arriba y abajo para cambiar manualmente el nivel de exposición. De esa manera se nivela toda la imagen, mejorando el resultado general.
Usar el botón físico para capturar fotos
Una costumbre típica de la era táctil, acostumbrarnos a los botones en pantalla y dejar de lado los físicos. A la hora de la foto esto trae reflejado cuestiones como fotos movidas, dificultad para agarrar el teléfono y presionar el botón, entre otras.
La solución a esto es el uso de los botones de volumen físicos.
HDR de forma automática
Desde hace unos años el HDR (High Dynamic Range) es un filtro que llegó para quedarse en nuestros teléfonos. Una función ideada para resaltar colores y aplicar un filtro de alto rango dinámico cuando la escena lo requiere. Se puede ver fácilmente si esta activado desde el menú de cámara o yendo a las configuraciones de la misma. Recomendamos siempre dejarlo en automático y no activado permanentemente, ya que al no ser un filtro necesario para todas las fotos, puede arruinar una buena toma inclusive.
La luz natural y artificial, magia sin trucos
Podremos tener miles de funciones para embellecer una foto, pero nada le gana a una buena fuente de luz, sobre todo natural. Si nuestra idea es sacarnos una buena selfie, la luz del sol es ideal, esa que suele entrar por tu ventana en la tarde o en el patio. Tener una fuente de esa características no solo ayuda a nuestra cámara a sacar fotos de mayor nitidez, sino también realza los colores ya sea de nuestros ojos, piel o pelo.
Como dato extra, evitá por completo las luces fuertes detrás de tus sujetos, a menos que lo que busques es un efecto de silueta.
Limpiar la lente
Muy, muy, muy importante, parece una obviedad pero nunca la tenemos en cuenta: cualquier mancha, dedazo o grasitud que pueda tener el lente de nuestra cámara se traduce automáticamente en fotos borrosas, poco nítidas o con ruido.
De todos modos, limpiarlo no requiere de ningún producto mágico o raro, solo basta con un pedazo de tela suave de alguna remera vieja (siempre y cuando esté limpia) o gamuza que, aplicado suavemente, debería eliminar todo rastro de suciedad en nuestra lente y dejarla impecable. También se puede usar un poco de algodón con alcohol isopropílico en caso de que la zona se encuentra muy sucia.
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